COVID 19, 22: daños colaterales.

Dr. Ignacio Espinosa. Médico Internista. Tels.: 82 263 52 y 782 888 0056.

Con la novedad de que ahora todos padecemos o hemos padecido el COVID. En las conferencias respectivas de la tarde, el Secretario de Salud insiste que los factores de riesgo además de la hipertensión arterial, la diabetes y el enfisema pulmonar frecuente en los fumadores, también los que comen alimentos chatarra tienen riesgo. Y todavía agrega que si tenemos algún familiar con diabetes o con hipertensión TAMBIEN tenemos riesgo.

Con todo respeto y mis limitaciones académicas y con mi escasa práctica de 50 años de lidiar con enfermos, las dos últimas afirmaciones, parecen una exageración que aumenta el pánico y la psicosis que vive un amplio sector de la sociedad y lo más grave, que afecta la toma de decisiones del gremio médico en la atención de los enfermos de distintas especialidades, en las que ya se empieza a ver demonios disfrazados de COVID, ante cualquier síntoma de enfermedad fuera del ámbito respiratorio propio del COVID, aunque no absoluto. Nomás falta que nos digan que, si tenemos amigos con diabetes, también estamos expuestos.

He visto varios casos, con diferentes síntomas o con dolor lumbar (de cintura), por ejemplo,  cuya causa más frecuente es de origen muscular por esfuerzo, dolor que ha aumentado porque muchas amas de casa obsesivamente todos los días están lavando los pisos, puertas y otros enseres domésticos, con soluciones desinfectantes en donde se encuentran confinados dos o tres personas, sanas, sin dato alguno de posible COVID y sin que ningún “extraño enemigo” haya penetrado a esa habitación en los meses de confinamiento.

De este grupo de personas, he observado varios casos “tratados” como COVID que se han quejado de febrícula y algunos síntomas sugestivos de infección urinaria, porejemplo, sin datos respiratorios. Hace un mes, una de mis conocidas pacientes, diabética de un par de décadas, me habló por teléfono de otra ciudad para que la orientara. Doctor, soy doña Prosopopeya, soy su paciente, hace varios meses que no lo veo porque con el tratamiento que usted me dio me he sentido bien, tenía descontrolada mi azúcar y me dolía todo el cuerpo con piquetes y entumecimiento, me dijo que era por la neuropatía diabética propia de los muchos años de la diabetes y que si mi azúcar estaba descontrolada pues eso aumentaba la neuropatía y que para controlar la neuropatía sería necesario mantener controlada el azúcar lo cual me propuse, lo logré y por eso no lo he visto en varios meses. Pero le habló por lo siguiente: hace un mes sentí algo de fiebre, y dolor de cintura. Por el momento no tengo quien me ayude a mis quehaceres y yo hago todo el aseo de la casa y con eso del COVID, yo tengo mucho miedo y todos los días aplico cloro. Consulté a un médico y luego luego me dijo que podría ser COVID y que para asegurar era mejor darme tratamiento. Con preocupación y el miedo, acepté y seguí las indicaciones, le leo la receta: ivermectina dos tabletas por dos días, azitromicina dos tabletas diarias betametasona de 8 mg intramuscular cada 24 horas por 3 días, prednisona de 50 mg una diaria por 5 días, mi medicamento del azúcar, más paracetamol e ibuprofeno para la fiebre y para el dolor, más otro antibiótico para infección de los riñones, el ciprofloxacino dos tabletas diarias. ¡Ay doctor!, a los 4 días, con perdón de usted me sentía de la chingada, mucha sed, mucha orina, bien decaída, sin apetito, con náuseas…muy mal. Me internaron, me encontraron el azúcar por las nubes (la tenia normalantes del tratamiento), me pusieron insulina, yo estaba bien de mi azúcar con las tabletas que usted me dio. El doctor me dijo que por la infección de los riñones mi azúcar se descontroló, como ya había terminado el tratamiento que me dio para prevenir COVID, con la insulina me empecé a recuperar, mi azúcar volvió a lo normal, ya no tengo fiebre, pero doctor, le hablo porque después de un mes de eso que me sucedió ahora no puedo caminar muy bien, ando en silla de ruedas y no puedo hacer nada de quehacer de mi casa como antes de esto, tengo dolencias en todo el cuerpo. ¿Será por el COVID?, dicen que ahora ya no ataca nomas los pulmones, sino que también a otros órganos y también orino muy frecuente con ardor y dolor y ya mi azúcar está normal y me ha subido la temperatura hasta 38 grados.

Con los datos previos hice algunas preguntas y con cierta exactitud parcial, deduje y reconstruí lo que está viviendo: en los diabéticos son frecuentes las infecciones urinarias aun cuando haya un buen control de azúcar; tienen cierta deficiencia inmunológica que con el estrés físico o emocional puede empeorar. Así, es probable que una infección de vías urinarias la hizo acudir al médico. Y con todo respeto para mi colega, aunque la mayoría de los medicamentos prescritos pudieran tener algunos efectos nocivos leves, la betametasona combinada con prednisona, dos potentes derivados de la cortisona, sí pudieron ser definitivos en la evolución mencionada: por si solos, los derivados de la cortisona puede desencadenar diabetes en personas sanas, “cuantimás”, como decía mi tía Onomatopeya, o con mayor razón, esos medicamentos descontrolaron la diabetes ya conocida, descontrol que desgasta metabólicamente a las personas con agotamiento energético y, si además presenta datos de infección urinaria con fiebre, este proceso morboso también desgasta energéticamente, enviando a la cama a las personas más fuertes. Bien sabido es desde que empecé a estudiar medicina hace 50 años (todavía no termino de estudiar), que la cortisona y sus derivados también disminuyen notablemente las defensas inmunológicas (inmunosupresión) facilitando o empeorando infecciones y nos están repitiendo que las personas INMUNODEPRIMIDAS son fáciles víctimas de infecciones entre ellas, el COVID, parece paradójico que se indique un INMUNOSUPRESOR para PREVENIR una infección, cualquiera que esta sea.

Y, además, la cortisona también provoca MIOSITIS: inflamación, dolor y debilidad musculares que puede persistir por varios días. Con todo lo anterior, se redondea una explicación razonable para este caso: infección activa de vías urinarias, descontrol diabético que empeoro la neuropatía, derivados de cortisona que desgastaron todo el cuerpo al empeorar la diabetes y la infección, que aumentan el desgaste y por lo tanto la recuperación es más lenta que si nada más fuese un factor causal del estado actual. ¡Claro círculo vicioso provocado por derivados de la cortisona!

Se prescribió antibiótico para la infección activa, mantener el control del azúcar, se reinició tratamiento para la neuropatía y unas dos semanas después me informó que se empezaba a recuperar y que ya no necesitaba la silla de ruedas.

Si los derivados de la cortisona están causando estragos en personas sin COVID: ¿Será cierto que salvan muchas vidas en casos de COVID grave?

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