Covid-19 y medicamentos para la presión arterial 9.

Dr. Ignacio Espinosa. Medico Internista. Tel: 82 263 52. Cel: 782 888 0056.

Decía Aristóteles, que la única verdad es la realidad. Todo lo que no se puede demostrar, puede ser falseado.

Cuando se inició a publicar el brote de COVID en China e informaron que era más frecuente en adultos mayores y que la gravedad y mortalidad es más frecuente en personas con hipertensión arterial, diabetes y obesidad y, que además, esos casos graves se caracterizaban porque el virus provoca una intoxicación de órganos vitales con choque séptico, una de cuyas características es BAJAR LA PRESION ARTERIAL y con ello empeorar la circulación y la oxigenación que explica la gravedad y la mortalidad, recordé un hecho que he venido comentando desde hace varias décadas en esta columna: he observado cientos de casos de intoxicación por exceso de medicamentos y cuya principal característica es BAJAR LA PRESION ARTERIAL, por debajo de los límites normales y que esos pacientes se quejan de mareos, debilidad, confusión mental, síntomas provocados por la presión baja, con disminución de la circulación y la oxigenación de la sangre cerebral y muchos de esos casos han llegado hasta en silla de ruedas por la debilidad.

Y además, he confirmado en todos ellos, que la causa ha sido el exceso de medicamentos porque a las 24 o 48 de haber disminuido o de retirar los medicamentos, esos pacientes se han recuperado espectacularmente, confirmando mi punto de vista al verificar que han recuperado sus cifras normales de presión arterial y sin que se haya disparado hacia arriba en forma peligrosa, como les han hecho creer: “por ningún motivo debe retirar el medicamento porque se le dispara la presión y puede provocarle la muerte”. Es la amenaza que se utiliza para que el paciente cumpla el tratamiento, amenaza con la que no estoy de acuerdo porque no he visto casos mortales por disminuir o eliminar razonablemente esos medicamentos, en pacientes intoxicados. Obviamente, supervisando con mesura la evolución de la presión arterial de esos pacientes  intoxicados.

Y otro dato real: muchos pacientes tratados con captopril, lisinopril, enalapril se quejan de tos, como efecto colateral, tanto que  muchos de ellos han sido tratados como si fuese bronquitis o asma hasta por varias semanas, sin resultado y los síntomas desaparecen, tan solo con retirar esos medicamentos. Lo mismo sucede con losartán, valsartán, temilsartan, irbesartan, candesartán y con metoprolol, aunque con menos intensidad y frecuencia. Es decir, que los pacientes tomando estos medicamentos ya están sensibilizados para empeorar uno de los síntomas típicos de COVID, la tos.

¡Ah¡ también debo mencionar que la gran mayoría de los diabéticos y de los obesos, están SOBREMEDICADOS, con los medicamentos ya mencionados para la presión arterial alta, dizque para “prevenir” que les suba.

Pues bien, con lo comentado, se me ocurrió especular una hipótesis: es posible que la mayoría de los pacientes graves con  COVID e hipertensión, diabetes y obesidad evolucionen con exceso de medicamentos para la presión, con presión arterial baja y sensible a la tos, y que este hecho sea un factor asociado a la gravedad observada en enfermos con COVID, uno de cuyos efectos es precisamente bajar la presión arterial en los casos graves y mortales y que esos medicamentos sean un factor de empeoramiento.

Puesto que no tengo experiencia en atención de enfermos de COVID en estado crítico, si puedo afirmar que más del 50% de los pacientes que toman medicamentos para la presión arterial están excedidos en el tratamiento y sufren los efectos nocivos de esos fármacos, propuse una controversia: si se recomienda continuar esos medicamentos o retirarlos, ante la posibilidad de que expliquen la gravedad en esos pacientes y revisé la red y efectivamente encontré algunos artículos con el mismo planteamiento controversial.

 

https://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoid=95709

En este y otros enlaces en diversas publicaciones científicas, encontré planteada esa controversia y la conclusión de todos ellos es que: no se deben suspender los medicamentos para la presión arterial. Pero NINGUNO de los autores plantea mi hipótesis del posible estado de INTOXICACION POR MEDICAMENTOS,  a la que se van a sumar las TOXINAS  del virulento virus en vías respiratorias.

Los médicos, al prescribir medicamentos, o al  evaluar enfermos, debemos hacer: farmacovigilancia,  definida por la OMS como: la ciencia y las actividades relacionadas con la detección, evaluación, conocimiento y prevención de reacciones adversas y otros posibles problemas relacionados con los medicamentos. Haciendo farmacovigilancia, podemos determinar si los pacientes sufren por exceso de medicamentos, no cumplir con este requisito es una deficiencia en la calidad de la atención médica. Y seguramente la mayoría de los médicos, ponderan los efectos benéficos de lo que prescriben, y menosprecian los efectos nocivos. Grave y frecuente omisión en la atención médica.

Por otra parte, encontré que desde el punto de vista fisiológico, los medicamentos para la presión y el virus actúan en los mismos sitios celulares (receptores celulares) por donde penetran al interior de nuestras células para desencadenar sus efectos benéficos o nocivos, según dosis de los fármacos y la agresividad (virulencia) del virus. Interesante semejanza. Es decir, ambos, medicamentos y virus, utilizan la misma puerta de entrada al interior de las células, el  mismo mecanismo de acción para lograr sus efectos, los que al sumarse, podrían ser un factor de empeoramiento en esos casos.

Comenté este punto de vista con algunos colegas internistas y cardiólogos: coinciden con lo que recomiendan los “expertos” y las sociedades medicas de cardiología, medicina interna y otras: deben continuarse los medicamentos de la presión. Ninguno de mis colegas reconoció lo que yo planteo: que los pacientes ya están intoxicados por exceso de medicamentos, y como NO ESTOY considerado como investigador clínico experto, no tengo liderazgo en ese ámbito académico.

Mi proposición sería retirar las medicamentos de la presión, si está normal en el momento de sospechar COVID, lo que podría disminuir la agresividad del virus.

Lo cierto es que no soy el único que ha planteado esta controversia, pero ninguno de ellos  plantea el argumento que yo propongo: la fármaco-vigilancia para especificar si los enfermos con hipertensión arterial y COVID, sufren de intoxicación con medicamentos, y que con el ataque del virus  se suma a la intoxicación farmacológica.

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