Diabetes y complicaciones crónicas XIII.

Dr. Ignacio Espinosa. Médico Internista. Tel. 782 82 263 52. Cel. 782 888 0056

Apenas una persona confirma que es diabética o supone que es diabética, o, si estando sana pero con algún familiar diabético y lo tildan de PRE-DIABETICO, entra en un estado de terror imaginando que pronto le amputarán una pierna, se quedará ciego o lo estarán dializando. Lo anterior se debe a que, efectivamente si hace unos 50 años, era raro ver diabéticos en esas condiciones, porque no vivían lo suficiente como para presentar esas complicaciones que se presentan en diabéticos que sobreviven con diabetes por más de 10 o 15 años.

            Lo grave de esta postura es que sin esas complicaciones, y si logran controlar su diabetes, siguen viviendo con ese temor, con una calidad de vida emocional por demás mala, tirando a pésima sin disfrutar un tamal en todos santos, un postre dulce con la saludable miel de enjambre o una cerveza con botana durante el verano caliente e injustificadamente le tienen pavor hasta a una cucharada de cualquier jarabe para la tos, dizque por lo dulce, no se les vaya a subir el azúcar. Ninguno de estos alimentos por si mismos descontrolan a un diabético, sino la cantidad total de calorías que ingieren en forma exagerada durante varios días y la cantidad de calorías la proporcionan TODOS los alimentos ingeridos.

            La esencia de las  complicaciones crónicas (largo plazo) de la diabetes, es la arterioesclerosis o endurecimiento y taponamiento lento y progresivo de las arterias, cuya principal causa, decía “endenantes”, es la vida, es decir, el estar vivo y con el avance de la edad, siendo la arterioesclerosis un proceso degenerativo normal e irreversible que progresa a velocidad variable con la edad y unos de los factores de riesgo que la pueden acelerar, cierto, es la diabetes, el colesterol, la presión alta, vida sedentaria, el tabaco y otros factores posibles.

            Pero que quede claro, RIESGO  no es igual a CAUSA DIRECTA, como se teme. Riesgo significa que puede o no suceder.

            No obstante estos hechos, he observado pacientes con distintos enfoques.

            A una persona de 70 años de edad le encontraron engrosamiento de las arterias de la retina y trastornos visuales leves por mínima hinchazón de la retina por esas lesiones micro vasculares y le dijeron que era por su diabetes. Pero cual diabetes doctor, REACCIONÓ LA PERSONA, si yo no soy diabético, aquí tengo mis resultados, mi azúcar es normal y durante varios años me he medido el azúcar y siempre me han dicho que es normal. El oftalmólogo no cambió su opinión y sugirió que acudiera con un internista o endocrinólogo. Solicitó mi opinión, le explique ampliamente que para mi esa lesión de la retina era por su edad, pero no por diabetes.

            Otro ejemplo, un diabético ya definido con cuatro años de evolución, habiendo iniciado con mucha sed, mucha orina y azúcar en sangre por encima de 250 (normal 110), tratado con medicamentos y bien controlado de su azúcar, con algunos descontroles en esos cuatro años previos, acudió con su médico a revisión de su vista. Lo encontró completamente normal de las arterias de la retina y le sugirió que acudiera con un endocrinólogo o internista, porque a lo mejor no era diabético. Pero doctor, le dijo el enfermo, yo estoy seguro que soy diabético, ya me lo aseguraron, pero estoy controlado. El oftalmólogo no cambió de opinión y dejó la duda en el enfermo, solicitó: mis servicios para esclarecer su duda. Confirmé su diagnóstico de diabetes definida, efectivamente controlada, obviamente sin complicaciones crónicas de la retina las cuales pueden presentarse unos diez años después o nunca a pesar de la diabetes.

            ¿Aque se debe esta confusión?

            Pues a que se ignora que hay otras causas de lesión acular como la degeneración macular  asociada a la edad y esta es LA PRINCIPAL CAUSA DE DISMINUCIÓN DE LA AGUDEZA VISUAL, no la diabetes. Se trata de la degeneración de la mácula de la retina. La mácula de la retina es una pequeña zona de unos 5 milímetros de diámetro, se encuentra en el centro de la retina y se encarga de la visión de los pequeños detalles, es decir de la mayor exactitud de nuestra visión distinguiendo además el movimiento y los colores.

            En otras palabras, el diagnóstico de la diabetes  debe apoyarse esencialmente en LAS CIFRAS DE AZUCAR  elevadas en forma sostenida, no en las posibles lesiones vasculares en la retina o en los pies, o en la cifra de hemoglobina glicosilada o glucosilada (ambos términos son válidos). Más claro, si una persona tiene lesión vascular en la retina o una úlcera en un pie, no se debe utilizar estas lesiones como indicativo de diabetes, porque hay otras causas de esas lesiones, NO SON EXCLUSIVAS  DE LA DIABETES. Por lo anterior, por lógica o sentido común ¿común?, cuando a una persona se le diagnostica diabetes inicial y se encuentra lesión de la agudeza visual, lo más probable que se trata de una ASOCIACION DE SUCESOS, o COINCIDENCIA,  asociación o coincidencia NO ES RELACION DE CAUSA Y EFECTO.

            No es la intención de esta columna imponer criterios de diagnóstico o tratamiento sino de proporcionar a los enfermos, opciones diferentes para la solución de sus males.

            No reflexionar y analizar con prudencia estos hechos, conduce a confusiones nocivas del bienestar de las personas, sanas o enfermas.

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