Huevo y colesterol.

Una de las limitantes para que los enfermos acudan a consulta es el temor a la palabra DIETA. Para ellos significa prohibición de ciertos alimentos, los que mejor paladean y consumen. No es casual que los días previos a las fiestas de semana santa o de los tamales en Noviembre, casi no acuden a consulta precisamente porque la mayoría de los médicos prohíben diversos alimentos, en no pocas ocasiones, injustificadamente.

Una paciente diabética, recibía tratamiento para su azúcar y para el colesterol desde hacía varios años. Ambas sustancias en la sangre estaban bien controladas. Sumamente angustiada y con miedo me preguntó “si podía comerse un huevito aunque sea” pues su médico y la nutrióloga terminantemente le había proscrito este sabroso y nutritivo alimento, entre otros, pero ella ansiaba un huevo. Le comenté que en realidad no había motivo como para prohibir definitivamente los huevos en la alimentación aun cuando su colesterol estuviera elevado en sangre ya que debe evitarse el EXCESO de alimentos ricos en colesterol, sin eliminarlos definitivamente puesto que son necesarios para una alimentación balanceada. Parece ser que los médicos y nutriólogos en ocasiones exageran en las prohibiciones de alimentos básicos sin tomar en cuenta nuestras costumbres nutricionales ni la calidad de vida de los enfermos. ¡Prohíben el huevo a huevo!.¡No se vale!.

¡Prohibir comer tamales de puerco en noviembre es una herejía!.Y sin embargo se hace. Personalmente, en este sentido nunca he sido hereje, ni lo seré.

Además le mostré una comunicación de una revista de medicina cuyo titulo de un artículo es EL HUEVO NO ELEVA EL COLESTEROL. El contenido de la nota dice::

“ El Dr. Donald McNamara, profesor de nutrición de la universidad de Arizona, dio a conocer en la real Sociedad Británica de Medicina en Londres los resultados de un extenso estudio que abarcó a más de cien mil hombres y mujeres en los estados Unidos en cuyas conclusiones se indica que el consumo de huevo no es decisivo para un elevado nivel de colesterol en la sangre. Al ampliar este concepto, el experto aseguró que comer diariamente un huevo es bueno para la alimentación humana y que el ensayo demostró que quienes ingieren más de uno cada 24 horas no incurren en riesgo de padecer cardiopatías, comparado con los que consumen menos de un huevo por semana. También concluyó que la grasa de carnes rojas y leche, contribuye más que el huevo, a elevar el colesterol denominado malo en la sangre”.

Estas conclusiones chocan con la costumbre de médicos y nutriólogos de prohibir tajantemente el huevo en la alimentación, de tal manera que muchos enfermos se verán obligados a cumplir con restricciones injustificadas.

Personalmente nunca he estado de acuerdo en ser tan restrictivo en este sentido ya que para empezar, el colesterol y los triglicéridos elevados en sangre no son resultado directos y exclusivos de la ingestión excesiva de alimentos ricos en estas grasas y colesterol, influyen factores internos en la regulación de su concentración.

En el hígado, en células grasas y en los músculos, normalmente se sintetizan unas enzimas que se llaman: LIPASA DE LIPOPROTEÍNA que mantiene en equilibrio de los triglicéridos y la LECITINA COLESTEROL TRANSFERASA que estabiliza el colesterol. La deficiencia en la síntesis de estas enzimas ocasiona la elevación del colesterol y los triglicéridos en la sangre. Esta deficiencia de las citadas enzimas no depende de los alimentos ricos en colesterol sino de un mal funcionamiento del hígado, de las células que almacenan grasa y de los músculos. Es obvio que el exceso de alimentos ricos en colesterol como los huevos, la leche entera y las grasas de las carnes, influyen en las concentraciones de colesterol y triglicéridos. Sin embargo, los pacientes que tienen una síntesis normal de las mencionadas enzimas no presentan alteraciones porque el exceso de alimentos ricos en colesterol y triglicéridos se mantienen en equilibrio gracias a las mencionadas enzimas.

Por otra parte, en el hígado normalmente se sintetizan colesterol y triglicéridos que se envían a la circulación sanguínea. Así, las concentraciones de colesterol y triglicéridos, dependen tanto de producción en el hígado como de los ingeridos en la dieta.

De lo anterior se puede entender que el tratamiento es con base en tres indicaciones principales:

Primero, DISMINUIR, nunca eliminar por completo, los alimentos ricos en colesterol como los huevos, la leche entera y las grasas de carne, que son alimentos que contienen otros nutrientes y vitaminas fundamentales.

Segundo, sugerir EJERCICIO FÍSICO muscular que aumenta las enzimas mencionadas en párrafos previos que regulan la concentración de colesterol y triglicéridos.

Y en tercer lugar, elegir alguno de los diversos MEDICAMENTOS que regulan el colesterol por diversos mecanismos: algunos secuestran el colesterol en el intestino y con ello disminuyen su absorción hacia la sangre, otros bloquean la síntesis o producción de colesterol en el hígado y de esta forma aumenta la depuración del que llega de los alimentos.

En conclusión, recuerde que no hay peligro si ingiere un huevo diario. Elimine el miedo a los huevos, disfrute su vida y sus alimentos y… ¡BUEN PROVECHO!