Controversias en hipertension arterial 1.

Muchos abusos se cometen con los medicamentos para el control de la presión arterial. Una de las causas, es la llamada medicina defensiva aplicada en el momento actual por el temor a las demandas y quejas de pacientes inconformes. Esta medicina defensiva para el médico, es agresiva y lesiva para el paciente, además de sumamente costosa.

Los médicos se justifican aplicando indiscriminadamente, las populares guías médicas nacionales e internacionales para el diagnóstico y tratamiento de las diversas enfermedades que aquejan a la sociedad. Estas guías dizque están elaboradas por expertos en las diversas ramas de la medicina, pero en el fondo están controladas y subvencionadas por la industria farmacéutica con el mecanismo de congresos médicos en todo el mundo.

Los médicos se acostumbran a “los favores” de la industria farmacéutica: invitaciones todo pagado a congresos, cursos de “deformación” continuada,   convites, pagos por pseudosesiones científicas y como los adictos a las drogas, es difícil cortar con estos favores.

Y a pesar de la proliferación de esas guías desde 2003, muchas preguntas acerca de la hipertensión arterial y su tratamiento óptimo continúan sin respuesta. Así lo afirma el Dr. Ángel F. González Caamaño, miembro de la Sociedad Mexicana para el estudio de la hipertensión arterial y en esta columna se han mencionado esas controversias.

No necesitamos perder tiempo, dinero y esfuerzo en la investigación de la presión arterial pues sólo representa un factor menor de riesgo cardiovascular; dice el Dr. González. En varias oportunidades Kiskesabe coincide con el Dr. González y ha mencionado que se está exagerando en el diagnóstico y tratamiento de la presión arterial, que no se trata de una enfermedad, sino de un signo aislado, que es falso que provoque hemorragias cerebrales agudas o infartos del miocardio con muertes súbitas y que estas se deben a lesiones de las arterial cerebrales o cardíacas pero no directamente a la elevación de la presión arterial.

La prehipertensión arterial es un artefacto derivado del deseo de los escritores estadounidenses para aumentar la ansiedad del público acerca de los niveles de la presión arterial y que nunca ha demostrado un beneficio en tratar a esos pacientes etiquetados como prehipertensos. Nos dice el Dr. González. Coincidentemente en esta columna se ha expresado el desacuerdo de etiquetar como prehipertenso a una persona con presión arterial normal, pues el prefijo pre, significa antes de, y es obvio que si una persona esta viva, está pre muerta. La etiqueta de pre enfermo, o prehipertenso, es un estigma que provoca miedo y ansiedad y las personas acuden al médico para aliviar sus miedos, sus temores y sus inquietudes.

La presión arterial nunca debe disminuir demasiado pues al bajar la presión en exceso, desencadena infartos cardiacos y trombosis cerebrales. Nos aclara el Dr. González. No es coincidencia que en la consulta cotidiana de Kiskesabe, invariablemente, todos los días del pasado 2014 y los más de 90 días transcurridos del 2015, ha observado pacientes con la presión baja, con cifras menores a 120/80, y con síntomas de intoxicación, por exceso en la prescripción de medicamentos para el control de la presión alta, siendo necesaria la recomendación de disminuir las dosis o eliminar los medicamentos, causantes de síntomas tan comunes como el mareo, dolor de cabeza, decaimiento, debilidad, somnolencia, síntomas que desaparecen al eliminar los citados medicamentos. La mayoría de estos enfermos se aterrorizan ante la sugerencia de disminuir las dosis pues les han dicho que si los suspenden se morirán de un infarto del corazón o de una hemorragia cerebral, información por demás falsa, como dice el Dr. González, ya que la presión alta es un DETERMINANTE MENOR DE RIESGO CARDIOVASCULAR, punto de vista con el cual Kiskesabe coincide en su práctica clínica cotidiana y sostiene ante sus pacientes.

Los defensores de estos puntos de vista, entre los cuales se encuentra Kiskesabe, argumentan que la presión alta es una variable continua, sin diferencia mayor en el riesgo a largo plazo para aquellos con presión arterial ligeramente mayor a 140/90. No obstante lo anterior, cuidado con que alguno de los escasos lectores algún cardiólogo les encuentre 140/90 porque ya les aplican una tableta sublingual (que los gringos ya no utilizan), les ponen oxígeno o hasta los intuban, arguyen que la muerte es inminente por un infarto cardíaco o hemorragia cerebral. Nada más falso. Kiskesabe ha observado pacientes con presiones de 240/140 que han llegado manejando sus vehículos o por su propio pie, más vivitos que las momias de Guanajuato.

Y todavía más claro, dice el Dr. González: existe conciencia cada vez más creciente respecto a que la presión arterial es incluso un riesgo mínimo e insignificante de lesión cardiovascular y renal y que por lo mismo, no amerita un tratamiento farmacológico tan estricto y de alto costo económico al no demostrarse un beneficio evidente en la prevención de lesiones cardíacas. Kiskesabe coincide con esta postura, de acuerdo con sus 46 años de ejercicio profesional en contacto con enfermedades cardiovasculares.

Recordemos que, cuando Kiskesabe era estudiante, la presión normal superior era de 160/110 y solamente a los pacientes con estas cifras o por encima de ellas, se les indicaba tratamiento. Las personas con cifras por debajo de 160/110, se consideraban como normales. Hoy, cuidado con que el encuentren 130/85. Hoy, el negocio es más productivo que hace 46 años. Esa es la realidad. La industria farmacéutica, se ha encargado de convencer al gremio médico, de cualquier cifra de presión arterial por encima de 120/80, es muy grave y peligrosa. Yo no estoy de acuerdo con esta postura. Pero es solo un punto de vista personal.