Al César lo que es del César.
En el momento actual, la gran mayoría de las madres de los últimos diez años tiene una cicatriz abdominal secuela de cuando menos una operación cesárea y hasta dos o tres según el número de embarazos. Es rara la persona que desconoce la cesárea, operación que tiene por objeto la extracción del feto por incisión de la pared abdominal y uterina. Hace 50 años no era muy conocida, los partos eran por vía vaginal, los atendían las parteras empíricas. Parece que el calificativo de cesárea se adoptó del nombre de César que se aplicó a los emperadores romanos ya que uno de ellos fue extraído mediante esta operación.
Al Dr. Keskesabe acuden enfermos de diferentes subespecialidades, siendo especialista en medicina interna, una de las más completas y la ideal para los enfermos adultos, le plantean casos clínicos que en ocasiones debe apoyarse en otros colegas, principalmente el Dr. Sentido Común o la Dra. Conciencia quienes en muchas ocasiones le han sugerido que solicite interconsultas con otros médicos.
_Doctor, aunque usted no es ginecólogo de todas formas venimos aquí para que nos oriente.
Se trataba de una pareja de jóvenes que por lo abultado del abdomen de la mujer se notaba que probablemente se iban a estrenar como padres y lo más seguro es que el problema tendría relación con este hecho. Ambos reflejaban angustia y tremenda desesperación. No era para menos. Habló el esposo:
_Vimos a un ginecólogo, el Dr. Tisaka Mokoso, nos dijo que mi esposa tiene elevada la presión, tiene ocho meses de embarazo y dice que urge hacerle una cesárea que porque tiene preeclampsia, así lo anoté y aquí tenemos la cifra de la presión es de l30/90 y que esto es muy peligroso que le pueden dar convulsiones y que es mejor operar y sacar al niño cuanto antes para evitar los ataques. Nosotros queremos que usted nos diga si de verdad tiene elevada la presión y aunque nos mande con otro ginecólogo para ver si necesita la cesárea. Nos pidió unos estudios de sangre y de orina para confirmar, aquí los tenemos, ya los vio el ginecólogo y dice que hay que operar. Nosotros queremos su opinión. No sé si ha tenido otros casos como el de nosotros.
El doctor Keskesabe recordó algunos casos semejantes en el pasado reciente, decidió consultar con el Dr. Sentido Común el cual le sugirió analizar el caso por lo que interrogó y exploró a la futura joven madre, revisó los estudios de laboratorio y explicó:
_No estoy muy de acuerdo con el diagnóstico que le dijeron, aunque no soy ginecólogo y hace muchos años que no veo embarazadas con frecuencia, sé que la preeclampsia se manifiesta con tres datos fundamentales: presión alta, hinchazón de los pies (edema) y presencia de albúmina en orina y usted no tiene ninguno de esos datos ya que su presión arterial de 130/90 que le encontró el ginecólogo es completamente normal y en este momento tiene 125/80, también normal. El estudio de su orina es normal y no tiene hinchazón de los pies. De todas formas, en este momento me comunicaré con un ginecólogo de mi confianza para investigar si esto ha cambiado en los últimos años.
Con humildad, el internista marcó un número telefónico en presencia de la pareja, se comunicó con el ginecólogo, el doctor Tepalpo Poldentro el cual le confirmó que estos criterios no habían cambiado y que con esos datos clínicos no se podía sostener el diagnóstico de preeclampsia y por lo tanto no se justificaba la operación cesárea con ese pretexto. Así le comunicó a la pareja a la cual le volvió la tranquilidad a sus rostros. Había que seguir el curso natural del embarazo y de haber alguna otra indicación para la cesárea esta se decidiría sobre la marcha.
Ahora encajemos este caso aislado en el entorno actual relacionado con la operación cesárea. En el periódico Reforma del 18 de enero 04, se publicó un reportaje sobre las cesáreas. Hace 40 años solo seis de cada cien niños nacían por cesárea en hospitales del DF. Hoy, cincuenta de cada cien nacen por cesárea en hospitales públicos y unos setenta de cada cien en hospitales privados. Así lo informó el Dr. Rene Bailón, presidente de la Federación Mexicana de Ginecobstetricia en el DF quien considera que la mayor parte de esas operaciones se hacen sin estar médicamente justificadas, atribuyendo este fenómeno a que, hacer cesáreas es un negocio del que se benefician médicos, aseguradoras y clínicas. El médico opta por la cesárea porque va a ganar más y no va interferir con otras de sus actividades pues un parto normal puede resolverse hasta en 12 horas, una cesárea en una hora y el costo es de 8 a 25 mil pesos, en tanto que el parto normal es de 4 a 8 mil pesos.
La principal causa para indicar cesáreas en los hospitales es la desproporción de la cadera de la madre con la cabeza del producto (desproporción céfalo pélvica), condición que de acuerdo con el ginecólogo Bailón (no es chascarrillo), es insostenible ya que la mujer latina, por naturaleza de amplias caderas, es capaz de dar a luz productos hasta de cuatro kilogramos con mínima dificultad, además que el promedio de peso al nacer de los mexicanos es muy inferior. Algunas de las causas válidas, y no tanto, de cesárea son: la desproporción céfalo pélvica, cesárea previa, rompimiento prematuro de la fuente de las aguas, sufrimiento fetal agudo, posición pélvica o de nalgas, complicaciones del cordón umbilical. La parturienta, el esposo o cualquier otro familiar deben indagar con los médicos cual o cuales son las indicaciones para proponer cesárea, solicitando una amplia información al respecto, de otra forma, pueden ser engañados con mucha facilidad.