Estrés y tiroides.
Una joven mujer de 25 años de edad se presentó a consulta refiriendo que sentía mucho nerviosismo, dormía mal, estaba bajando de peso y su apetito era normal, sentía que su corazón se aceleraba más de lo normal (taquicardia), Ella había estado bien hasta tres meses antes en que después de una asalto en un camión de pasajeros, le robaron su bolso con su aguinaldo completo. Se espantó mucho puesto que no quería entregar su dinero y fue amenazada de muerte por los asaltantes.
Atribuyó su sintomatología al susto por lo que en principio acudió con un curandero para que la curara de espanto. No hubo mejoría.
Se presentó a consulta, efectivamente se veía muy ansiosa y desesperada lo que se manifestaba su mirada temerosa, los movimientos constantes de las manos y piernas, cambios de posición en el asiento y ella refería que se sentía muy nerviosa, muy mal.
A la exploración física su presión y su temperatura fueron normales, lo único que llamó la atención fue la frecuencia cardiaca acelerada, de 100 a 105 por minuto, siendo lo normal de 80. No se encontró ningún otro dato.
Con estos datos, se pensó que efectivamente, lo más probable es que se tratara de una CRISIS DE ANSIEDAD como consecuencia del trauma mental del asalto a mano armada del que fué víctima.
Se solicitaron unos estudios generales de sangre y se indicó un ansiolítico cerebral a dosis mínima.
La causa más frecuente de aceleración del corazón en una persona joven es la ansiedad, tomando en cuenta el estrés del asalto, parecía que esta era la causa de sus molestias.
Hay un axioma o proverbio popular que dice que “el único hombre que no se equivoca, es el que nunca hace nada”, pero mi plumaje no es de esos que no hacen nada y en esta ocasión me equivoqué.
En la siguiente consulta la paciente se sentía más nerviosa, había tomado el tranquilizante, pero no había recibido ningún otro susto, Los estudios de azúcar en sangre (glucemia), hemoglobina para valorar anemia eran normales. La frecuencia cardíaca había aumentado y ahora era de 120 por minuto.
No había soplos cardiacos, ni dolor en corazón, ni arritmias o latidos fuera de tiempo ni le faltaba el aire (disnea) como para pensar en una lesión de corazón. Se hizo un electrocardiograma el cual resultó normal. Además por su edad, era poco probable una lesión de coronarias. De esta forma, lo más probable es que la taquicardia se debiera a una enfermedad en otro órgano distinto al corazón y cerebro.
Entre las causas más frecuentes de taquicardia se encuentra la fiebre por infecciones, pero su temperatura seguía siendo normal de 37 grados, de tal forma que tampoco esta era la causa.
Durante la segunda entrevista llamó la atención que parecía tener los ojos más grandes de lo normal, con mirada como de asombro, como si los ojos estuvieran más abiertos o más externamente. Este detalle técnicamente se le llama exoftalmos, sugirió que pudiera tratarse de un excesivo funcionamiento de tiroides (hipertiroidismo), se siguió esta nueva línea de investigación a pesar de que a la palpación la glándula tiroides localizada en la cara anterior del cuello a la altura de la manzana de Adán era normal. Se solicitó medición de hormonas tiroideas en sangre (tiroxina y triyodotironina). Resultaron elevadas. Se confirmó con estos resultados que la tiroides estaba funcionando excesivamente.
La tiroxina en exceso aumenta el metabolismo del cuerpo, con ello se aceleran todos los procesos de combustión interna de las células de cada uno de los órganos del cuerpo humano lo que se traduce en aumento de la frecuencia cardíaca y nerviosismo de esta paciente. Cuando se empiezan a elevar estas hormonas los primeros órganos en sufrir son el cerebro y el corazón.
Si la enfermedad avanza se altera la función de otros órganos pudiendo manifestarse por, diarrea, alteraciones en las menstruaciones, sudoración, aumento de la presión arterial. Estos enfermos se quejan de gran sensación de calor aun en invierno, y adelgazamiento conservando el apetito que puede ser hasta exagerado.
A este padecimiento también se le llama HIPERTIROIDISMO o ENFERMEDAD DE GRAVES BASEDOW, es relativamente rara, predomina en mujeres, existe predisposición genética y es común observarla en diversos miembros de una familia, tiene factores inmunológicos y uno de los factores desencadenantes es el estrés como el que vivió esta mujer durante el asalto. No significa de ninguna manera que el estrés sea la causa directa, de ser así todos la padeceríamos. ¿Quién no ha sido sometido a severo estrés alguna vez en su vida?.
Es fácil confundirla con nerviosismo (ansiedad) y tratarla tan solo con sedantes. Se confirma midiendo la tiroxina en sangre. Es la hormona que se forma en la glándula. Esta hormona se sintetiza con base en el yodo de la sangre por lo que es de ayuda medir la captación de yodo en la glándula junto con la cuantificación de la tiroxina.
Generalmente es de buen pronóstico si se diagnostica a tiempo y rara vez es mortal. Existen medicamentos por vial oral para el control de este padecimiento. El tratamiento es 6 a 24 meses, según respuesta. De no controlarse con medicamentos, existe la alternativa de utilizar yodo radiactivo. Antes del descubrimiento del yodo radiactivo se extirpaba quirúrgicamente la glándula. La cirugía es riesgosa, si no se indica tratamiento con medicamentos antes de operar, puede presentarse lo que se llama tempestad tiroidea, durante la cirugía se libera una gran cantidad de tiroxina lo que exacerba los síntomas mencionados con alto riesgo de muerte por arritmias cardíacas principalmente.
Por lo común un solo medicamento es suficiente para controlarla y curarla bajo vigilancia estricta. De cumplir el tratamiento se obtienen buenos resultados con mínimo costo y riesgo.