Derechos de médicos y pacientes. 10

Los médicos tenemos derechos para ejercer nuestra profesión, sin importar la especialidad ni el lugar donde se ejerce, sea ejercicio privado o institucional. Cada médico es responsable individual de exigir esos derechos.

Por otra parte, los pacientes también tienen derechos y van de la mano con los derechos de los médicos. Los pacientes tienen la libertad de exigir su cumplimiento.

Estos derechos, surgen de los usos y costumbres en las relaciones humanas y estas son cambiantes en tiempo y lugar. Lo que en un país es moralmente válido en un momento determinado, pudo o puede haber sido inmoral en otro tiempo o en otro país.

Por ejemplo, la relación médico paciente en otro tiempo era paternalista, con obediencia casi ciega del enfermo hacia el médico. Esto ha cambiado en los tiempos modernos, invadidos por la tecnología y los medios de comunicación. Los enfermos tienen más autonomía, más información y exigen mayor orientación. No entender esto, conlleva a deficientes o conflictivas relaciones entre médicos y pacientes.

Veamos los derechos esenciales de unos y otros.

Primero: El médico tiene derecho a ejercer la profesión en forma libre y sin presiones de cualquier naturaleza.

Este derecho es aplicable con cierta facilidad en la medicina privada, no así en la medicina institucional en donde está de por medio un sindicato que convierte a la fuerza de trabajo del médico y al médico mismo, en una mercancía sujeta a la ley de la oferta y la demanda. Las relaciones económicas obligan a los médicos a contratarse con las condiciones salariales impuestas por sindicato y patrón. En realidad, pierde parte de su libertad que los médicos terminan por aceptar con libertad, valga la “rebuznancia”, pues a ningún médico le ponen una pistola en la sien para que acepte el contrato.

Por su parte, el enfermo tiene derecho a recibir atención médica adecuada.

Esto significa resolver satisfactoriamente los problemas que plantean al médico, con su respectivo margen de error, que debe reducirse al mínimo. ¿Quién verifica que se cumpla el requisito de atención médica adecuada? Moralmente debe ser la autocrítica del propio médico, reiterando las “rebuznancias”. Cada médico en su interior debe verificar si está ofreciendo atención médica adecuada observando y verificando los resultados que obtiene ante los problemas que plantean los enfermos. Y es el propio enfermo, el mejor juez para establecer si la atención médica que está recibiendo es la adecuada y su opinión debe coincidir con la del médico, de no ser así, uno de los dos está fallando. Y ante las fallas, el médico culpa al enfermo y a las instalaciones pero el enfermo, siempre va a culpar al médico ¿Quién tiene la razón? He ahí el dilema y he ahí una de las causas de los conflictos entre enfermos y médicos, una de cuyas consecuencias es el reciente movimiento del # yo soy médico 17.

Segundo: Laborar en instalaciones apropiadas y seguras que garanticen su práctica profesional.

En un consultorio privado el mismo médico organiza y se responsabiliza de cumplir con este requisito. Al contratarse como mercancía laboral, el patrón y el sindicato son los responsables de cumplir con este requisito y el médico conserva la libertad de aceptar o rechazar su contratación según el cumplimiento o no de ese menester.

Por su parte, el enfermo ha de recibir un trato digno y respetuoso.

Esto parcialmente depende de las instalaciones físicas y de la calidad humana directa de los profesionales de la salud, es decir, del médico, independientemente de las instalaciones, del patrón y del sindicato.

Tercero. Tener a disposición los recursos que requiere la práctica profesional.

Es decir: termómetro, estetoscopio, baumanómetro para medir la presión arterial, mesa de exploración, por mencionar algunos instrumentos esenciales entre otros, según la especialidad médica. Y es libre el médico y responsable directo de aceptar las condiciones laborales.

El enfermo tiene derecho a recibir información suficiente, clara oportuna y veraz.

Este derecho de los enfermos es uno de los que más produce conflictos en la relación médico paciente porque no se cumple en toda su extensión. ¿Qué es información veraz, clara y oportuna para el médico y que es veraz, clara y oportuna para el paciente? He ahí el dilema.

De este precepto surge otro, el popular consentimiento informado un documento inexistente en los tiempos de Hipócrates. Documento actual que hacen firmar al paciente y que garantiza que recibió información clara, veraz, objetiva y a satisfacción del enfermo y con ello autoriza a los médicos a realizar procedimientos que tienen riesgo de provocar más daño, lesiones e incluso la muerte.

Pero, este contrato social, por llamarlo de alguna otra forma, tiene muchos peros, causales de conflictos entre médicos y pacientes. En general los pacientes o sus familiares firman este documento en blanco, ante la presencia de un trabajador social, sin recibir la más mínima información por parte del médico responsable, “muy ocupado” en otros menesteres más importantes. Esta es la defensa utilizada por los médicos cuando son sujetos a una queja o demanda. Usted firmó que aceptó las condiciones y los riesgos. Alegan. Aunque el médico no haya cumplido con ofrecer información veraz, clara, objetiva y a satisfacción del enfermo.

Y ahí tenemos al #yo soy médico 17. ¿Era penal o no era penal? He ahí el dilema. Ser o no ser. Hacer o no hacer. Informar o no informar. Cumplir o no cumplir.