Próstata para reír.

De cada cien correos que recibo en mi bandeja de entrada, solo tres me interesan. Por lo anterior, solo de vez en cuando abro alguno pues abrirlos todos significaría una gran pérdida de valioso tiempo. Uno de esos correos, es el que transcribo en esta ocasión pues coincide con esta columna de opinión, con algunos tintes picarescos relacionados con las enfermedades de la próstata.

Imagínense la vejiga como si fuera un embudo, abajo en el pico hay una estructura en forma de nuez, la próstata, que la abraza y que cumple varias funciones, las más importantes son las hormonales y la elaboración de un fluido que se expulsa en el momento de la eyaculación y que sirve para nutrir y facilitar la movilidad de los espermatozoides.

Con el tiempo va creciendo, esto es normal y su tejido se va envejeciendo y poniendo fibroso, como todo nuestro cuerpo con sus arrugas.

Sin embargo, por su ubicación, su crecimiento va obstruyendo el drenaje de la orina en forma progresiva, y eso ya no es normal. Una precisión clara es que el tamaño de la próstata no tiene nada que ver con los síntomas, próstatas medianas o grandes pueden ser asintomáticas, y viceversa, próstatas de tamaño normal pueden provocar obstrucción parcial o total.

Vale decir, si en una ecografía se encuentra la próstata grande y no hay síntomas, el urólogo que diga que hay que operar, seguro debe plata a las once mil vírgenes y necesita «recursos» a como de lugar.

No está demás repetir el viejo axioma de la medicina: «Los médicos no tratamos papeles, análisis, ni radiografías, sino pacientes». Esto significa que debe haber una congruencia entre los síntomas, lo que refiere el paciente, los signos, lo que encuentra el médico en el examen clínico y los análisis.

Los síntomas más importantes son: Nicturia, levantarse por la noche a achicar la bomba dos o más veces; terminar de orinar y sentir que todavía falta algo y no sale; comenzar a comprar ropa interior de color negro porque los calzoncillos blancos quedan manchados de amarillo; orinar los zapatos, porque ya no hay fuerza del chorro urinario; al pujar para orinar se salen las hemorroides o lloran los ojitos; ocupar la mesa que está más cerca del baño cuando se acude a reuniones sociales; levantarse a cada rato a orinar anunciando que han llamado por el celular que está con modo «vibrar», cuando lo que vibra es la vejiga;.

Lo bueno, es que el pájaro no se afecta en su función, o sea que en asuntos del “chaca-chaca” está normal.

Los signos más importantes para el urólogo son: Verte mear cagándose de risa porque no llenas ni la mitad del tarrito de yogurt que te dio; después de orinar tienes que usar un pañuelo pero no para secarte el pájaro sino las lágrimas que te salieron con el esfuerzo; la ecografía muestra que en lugar de nuez tienes una semilla de mango; el antígeno prostático específico en sangre está más o menos normal, pero si está muy alto te jodiste porque doble contra sencillo aunque no sea cáncer, el dedo (no el tuyo sino el del urólogo) te examina el chico (el ano), es el terror de los hombres, miles (no es broma) no se hacen el examen por temor.

Ahora bien, por temor ¿A qué?, ¿A que te duela, a que te violen, a que te pasen «pa’l otro lado»?.

Hay dos tipos de patología claramente diferenciada en la próstata: La hiperplasia benigna o adenoma benigno y el… cangrejo o cáncer. Una no conduce a la otra, así de simple; la gran mayoría de los diagnósticos, felizmente, son benignos.

Para el tacto de la próstata los urólogos usan una de tres posiciones. Si te quieren hacer las tres, cuidado te pueden estar violando: A veinte uñas, también conocida como pollito tomando agua, o chivo en precipicio. Vaca echada, o sea echado de costado y pollito a la brasa que es más o menos la llamada posición ginecológica con que examinan a las mujeres.

Ahora bien, es normal que te duela un poco cuando te meten el dedo, porque con el susto «el chico » entra en pánico y se cierra como mano de trapecista, una vez adentro, el urólogo gira el dedo, usualmente es el índice, si te mete el pulgar es un mañoso, para ubicar la próstata y examinarla, presionándola; aquí es normal si te incomoda, malo si te duele, próstata grande o inflamada, y pésimo si te gusta porque eso indica que eres puñal, declarado o lo que es peor, en….potencia.

OJO: si el urólogo te dice que necesita una segunda opinión, mándalo al rancho de López Obrador, o al mío, porque querrá insertarte dos dedos para palpar la próstata.

Los resultados los puedes ir intuyendo por la cara del médico urólogo:

Si está indiferente saliste bien, si está preocupado prepárate para la sala de operaciones, si se sonríe es que tienes la mecha corta, o sea el pájaro pequeño, y si tiene ojos libidinosos te jodiste porque el puñal es él y se ha enamorado de ti. Vale.