Parto y tiroides.

Si bien es cierto que el parto es un proceso normal, también lo es que pueden surgir complicaciones que ponen en peligro la vida a corto o largo plazo. Si las parturientas logran superar las complicaciones agudas, algunas de estas pueden dejar secuelas a largo plazo tanto en la esfera genital, así como en otros órganos que aparentemente no tienen relación con un simple parto.

¿Se imagina el lector que pudiera haber relación entre un parto, la glándula tiroides que se localiza en la parte anterior del cuello y otra glándula que se llama hipófisis, localizada en la base del cerebro?. Veamos un caso clínico que responde esta interrogante.

_Doctor, le traigo a mi esposa para que revise su caso y por favor nos oriente que debemos hacer ya que desde hace 12 años, después que tuvo a nuestro último hijo tiene un problema que no se ha podido resolver en el hospital al que pertenecemos. Le han dado muchas vitaminas. _Dijo un hombre muy preocupado por la salud de su esposa, la cual tenía un aspecto de retraso mental, con su mirada inexpresiva, su piel pálida, su lerdo caminar, datos clínicos sugestivos de mal funcionamiento de tiroides o de un problema cerebral.

Es frecuente que en ocasiones los acompañantes de los enfermos son los que llevan la primera voz, y muchas veces no dejan exponer sus dolencias a los propios enfermos lo que propicia que se exageren o minimicen algunos datos y que se oscurezca el diagnóstico. Siempre conviene escuchar al enfermo en cuestión ya que tanto la expresión de la voz, su tono, sus modulaciones, sus gestos, nos pueden suministrar datos claves que no pueden aportar los interlocutores. Conminé a la paciente para que expusiera su problema y cortésmente solicité a su parlanchín esposo que callara por el momento, haciéndole sentir que los datos que me proporcionó habían sido de gran ayuda.

_Sí, Doctor. Desde que tuve a mi último niño estoy enferma… hace 12 años. Me he sentido decaída, débil, me han vitaminado pero no siento mejoría… después del parto perdí el conocimiento… me pusieron fórceps…  mi niño era muy grande…  tuve mucha hemorragia… perdí el conocimiento…  estuve muy grave. Desde esa vez se me retiró la regla, tenía 35 años, ya tengo casi cincuenta. Como muy poquito Doctor, casi no me da hambre pero no he bajado de peso. Me da mucho sueño, no más quiero estar durmiendo y no me dan ganas de hacer los quehaceres de la casa. Ya me da pena con mi pobre viejo, pensará que es por flojera.

_No Doctor. _Atajó su esposo. Ella debe estar enferma de algo. A lo mejor por el parto, porque de ahí empezó todo.

  La voz de la mujer era débil, muy lenta, como si le pesara la lengua, las palabras surgían lenta y desesperadamente, sin emoción, sin cambios de tono. Estos datos de observación confirmaron la impresión inicial de un mal funcionamiento de tiroides. Hipotiroidismo. La exploración física mostró presión arterial y frecuencia cardiaca bajas, piel acartonada, palidez de todo el cuerpo sugestiva de anemia. Estos datos junto con poco apetito y peso normal, ausencia de menstruaciones desde hace doce años, mucho sueño y decaimiento, reafirmaron que padecía de hipotiroidismo que se caracteriza por disminución en la formación de hormonas tiroideas que regulan el metabolismo energético de todo el cuerpo, como si fuera la batería descargada de un automóvil. La medición en sangre de las hormonas tiroideas mostraron que estaban muy bajas, lo que confirmó definitivamente el diagnóstico de hipotiroidismo. También se encontró baja en la sangre, la hormona estimulante de la tiroides que se origina en la glándula hipófisis del cerebro lo que sugería que la falla de la tiroides tenía su origen en la hipófisis.

Tanto la paciente como su esposo tenían razón en atribuir este mal al parto de su último vástago. Una simple relación causa efecto. La tiroides puede disminuir la formación de hormonas por una lesión propia de esa glándula o por lesión de la glándula hipófisis del cerebro. Esta coordina el funcionamiento de la tiroides y de otras glándulas fuera del cerebro como las suprarrenales que forman la cortisona, los ovarios y los testículos que forman las hormonas femeninas y masculinas. También de la hipófisis depende la formación de la hormona del crecimiento y otra hormona que regula la cantidad de orina (hormona antidiurética.)

¿Cómo es posible que un parto altere el funcionamiento de la tiroides como en este caso?. Una de las complicaciones de un parto puede ser la hemorragia intensa que provoque baja de la presión arterial lo que desencadena una falla aguda de la irrigación del cerebro en la glándula hipófisis, la cual puede sufrir un infarto hipofisiario por trombosis (como el infarto del corazón)y de esta forma disminuye la secreción de la hormona estimulante de la glándula tiroides y como consecuencia, no hay secreción de hormonas de la tiroides (tiroxina) que es la que regula la energía del cuerpo humano.

La paciente menciona claramente que perdió el conocimiento después de la aplicación del fórceps. Esta especie de pinzas para extraer niños de la vagina, puede provocar tremendos desgarres vaginales, hemorragia abundante, baja de la presión arterial, pérdida del conocimiento disminución del riego sanguíneo al cerebro (hipófisis), lesión de esta y como consecuencia falla de la hormona reguladora de la tiroides en forma exclusiva o también de otras glándulas, cuyas manifestaciones clínicas pueden presentarse lentamente en varios años. Frecuentemente se omite el diagnóstico lo que retarda su tratamiento.

A esta enfermedad en que falla la función de la hipófisis también se le llama hipopituitarismo o Síndrome de Sheehan en honor al médico que describió la lesión en parturientas.

Otras causas de lesión de la hipófisis son infecciones como la tuberculosis cerebral o la sífilis, tumores, malformaciones vasculares, traumatismos craneanos, etc.

En ocasiones son necesarios los estudios de resonancia magnética para confirmar la lesión de hipófisis. Esta paciente era de escasos recursos. Se decidió indicar tratamiento con base en los datos clínicos y de laboratorio y de esta forma ahorrarle varios miles de pesos de la resonancia magnética.

El tratamiento fue con base en hormonas tiroideas, hubo buena respuesta. Esta es una de las raras enfermedades que deben recibir tratamiento sustitutivo por toda la vida.