Tratamiento óptimo cardiovascular 8.
Hay otro estudio clínico atractivo, cuyo desglose en esta columna centrada en los enfermos, puede servir para ayudarlos en la toma de decisiones relacionadas con su salud.
En la revista New England Journal of Medicine, 2009; 360: 2503-2515, se publica un artículo cuyo titulo dice: “Un estudio al azar de tratamientos para diabéticos con enfermedad coronaria”. Se estudiaron 2368 pacientes con diabetes y enfermedad coronaria en tratamiento óptimo, bien controlada, asintomática y estable. Se dividieron en dos grupos: uno con tratamiento médico (óptimo) y otro sometido a revascularización temprana. Después de cinco años de seguimiento no hubo diferencias significativas en cuanto a la sobrevida. Es decir, vivieron el mismo tiempo.
Conviene saber el resultado de estos estudios porque precisamente uno de los ganchos principales para convencer a los cardiacos de la bondad de la cirugía de corazón, es asegurarles que operados vivirán más tiempo y sin la cirugía morirán en cualquier “chico rato” ¿Terrorismo médico?. Con esta estrategia, finalmente los pacientes se deciden por la revascularización. Los tapados de las coronarias hacen que algunos médicos también se tapen… de billetes.
Esta no es una medicina de corazón a corazón, sino de corazón a la tarjeta de crédito. Es una medicina injusta, por utilizar un eufemismo. Precisamente una de las características de una medicina de alta calidad humana es la justicia. ¡Pero a que anciana tan violada!
Sigamos con la orientación médica. Don Coronancio no ha regresado, se me hace que el Dr. Tipongo Mallita ya lo convenció y a lo mejor ya se lo entubo, por supuesto, por las coronarias. Aclaro esto porque a cualquiera le puede salir lo picarón y malpensado.
Una de las conclusiones trascendentes del estudio clínico mencionado, es proporcionar un mayor apoyo al uso de tratamiento médico sistémico digo yo, agresivo óptimo, dicen los autores, como la primera opción en la mayoría de los pacientes con diabetes y enfermedad coronaria asintomática y estable.
Como han leído, ya dos veces escribí enfermedad coronaria ASINTOMÁTICA Y ESTABLE. Me parece imperioso este comentario porque es frecuente oír o leer los informes médicos en la prensa sobre algún enfermo sobre todo si es famoso: “el enfermo está estable”. Incluso, si un familiar solicita información de su enfermo, casi siempre le dicen: “esta estable” y el término estable es válido siempre y cuando vaya precedido o seguido de: asintomático, delicado, grave o muy grave, adjetivos que implican el grado de peligro de muerte.
En cualquier enfermo puede variar su estado de salud de un momento a otro y puede permanecer muy grave, grave, delicado o asintomático por varios días o semanas, incluso meses, es decir, durante ese lapso ha permanecido estable en cualquiera de esas graduaciones o divisiones del estado de salud. Y aquí vamos con una reflexión si se quiere un tanto cruel: los únicos que están estables sin cambios en su salud son los muertos.
Y a muchos familiares les han ocultado la muerte de un familiar durante algunas horas después de muertos porque probablemente, el informe previo inmediato fue de que “estaba estable”, es decir, bien, y el resultado es que segundos después ese paciente estable se murió, poniendo en entredicho la veracidad de la información y la calidad de la atención médica. Para algunos médicos, pacientes y otros trabajadores de la salud, estable es sinónimo equivocado de estar bien. ¡Y cometemos unas pifias del tamaño de un oso!
Así, cuando le digan que su familiar esta estable: pregunte ¿delicado, grave, muy grave o muerto?
Dejemos esta perífrasis, es decir, tanto rodeo para nada, o mucho ruido y pocas nueces o lo otro, tanto pedo y poca caca y aclaremos que significa TRATAMIENTO OPTIMO o SISTEMICO en cardiopatía isquémica, aunque los expertos utilizan el término TRATAMIENTO AGRESIVO, yo no estoy de acuerdo con esa terminología.
Ofrecer información y orientación veraz, objetiva e imparcial, amplia y concisa, con lenguaje llano y simple, sin florituras ni tecnicismos, tranquilizadora y optimista en vez de pesimista y alarmante, tirando a terrorismo médico. Bajar de peso si es necesario, con ejercicio y alimentación sana; dejar de fumar, control de colesterol, triglicéridos, diabetes o hipertensión si existen estos factores agregados y prescribir el mínimo de medicamentos necesarios para mejorar la perfusión coronaria con aspirina y otros antiagregantes plaquetarios como el clopidogrel, medicamentos para mejorar la circulación coronaria como el isosorbid, y por supuesto medicamentos para el control de la presión, de la diabetes y del colesterol si estos factores de riesgo no se normalizan con las recomendaciones no farmacológicas. Estos son los requisitos de un TRATAMIENTO SISTEMICO. Además, considerar al enfermo como un ser social.
Pero, ¿Se cumple con este plan en la vida real de los enfermos de cardiopatía isquémica? Eso es tema para otra historia.