Molestia muy molesta 1.

Un adulto de unos 50 años de edad, comerciante en abarrotes, con jornada de 12 a 16 horas al día, de lunes a domingo; tiene dos hijos estudiando fuera de su hogar, su esposa enferma de diabetes. Acudió quejándose de una “molestia” en la parte baja del abdomen, de varios meses de evolución, para la cual se ha realizado varios estudios: Sangre, excremento, orina, y hasta un ultrasonido e incluso unas radiografías de colon (colon por enema). Ninguno de estos estudios ha mostrado alteración alguna. Ha recibido múltiples “calmantes” de la molestia, tratamientos para amibas, para infección, sin respuesta alguna.

Durante la entrevista clínica se desarrolló un diálogo más o menos así:

_Oiga, médico, después que ha revisado mi caso con mis estudios dice que no tengo nada. ¿Entonces a que se debe mi molestia aquí?. _Preguntó señalándose la parte baja y central del abdomen.

_No. Yo no he afirmado que no tenga nada en absoluto. Si no tuviera nada, no estaría aquí ni habría acudido con tantos médicos ni se habría realizado tantos estudios como le han solicitado. Usted debe tener algo que no es posible demostrar en los estudios que le han solicitado. No encontré ninguna alteración en su abdomen, en el sitio donde dice que tiene las “molestias” no hay dolor, le presioné ese sitio y dice usted que no siente nada. No hay tumoraciones. No encuentro datos para alarmarse. Creo que su problema es de origen nervioso, lo que llamamos psicosomático que consiste en que alguna preocupación familiar o económica, altera el cerebro y este envía  señales a otros órganos o regiones del cuerpo que llaman la atención del enfermo _pero volvamos a la molestia que usted dice sentir. Dígame claramente que es lo que siente en esa zona, descríbame lo que siente.

_Pues…..  una molestia ahí, una molestia médico, entiéndame por favor. Yo no creo que sean mis nervios, yo soy muy calmado, tengo un “negocito” y no me enojo con los clientes. _De esta forma contestó, negando la posibilidad de padecer de los nervios.

_ ¿Esa molestia le produce dolor, le punza, le pica, le arde o siente como que le quema, o qué es lo que siente?. Dígalo con sus propias palabras. Tómelo con calma _Le dije con el fin de tranquilizarlo ya que el paciente en realidad no descifraba patentemente lo que sentía.

_No, nada de eso, no siento eso como usted dice. Pero…..  esa molestia que siento ahí……. que no me deja, en realidad no se como decirle, pero siento esa molestia.

_Esa molestia le impide, dormir, comer, trabajar, jugar, o hacer sus actividades.

_No, tampoco doctor.

_¿Le impide o le altera su actividad sexual?.

_Tampoco doctor, de eso estoy normal. Y no le presumo.

_Si no interfiere con ninguna de sus actividades ¿En qué le molesta, o como le molesta o porqué es que se preocupa tanto si no entorpece sus actividades diarias?.

_Bueno, es que me molesta y no se me quita la molestia. Pero me gustaría que esta molestia aumentara y que me diera más fuerte para venirlo a ver y que usted se de cuenta de esta molestia _Dijo el paciente un tanto desesperado ante el interrogatorio casi inquisitorial y estricto ante el cual lo sometí con el fin de encontrar la causa de esa trillada e inespecífica molestia, y continué.

_Fíjese bien en lo que dijo: usted mismo esta deseando empeorar, es decir, deseando que su molestia aumente para demostrarme que la siente, o demostrarme que está enfermo, eso no es necesario. El hecho de que no pueda describir claramente lo que siente es lo que me hace sospechar que su problema es de origen nervioso, y esto no significa que no tenga nada. Sí, esté enfermo y por eso esta aquí y yo estoy para investigar la posible causa. Quiero hacerle otra pregunta ¿De verdad quiere usted sentir dolor o que su molestia aumente para demostrarme que esta enfermo y regresar a pagar otra consulta, tiene suficiente dinero como para andar de consultorio en consultorio?. Sea sincero con usted mismo. No me quiera convencer a mí, debe convencerse usted mismo, debe tener confianza en usted mismo. Yo no puedo ayudarlo si no confía en lo que le estoy informando. Varios médicos le hicieron estudios y no encontraron nada grave. La conclusión a que personalmente llegué es que usted no padece de enfermedad en abdomen sino en el sistema nervioso. Si no tiene confianza en lo que le estoy informando dígame usted que es lo que quiere oír de mí, que quiere que le diga ¿Qué está muy grave, que se va a morir, que necesita una operación de abdomen, de apéndice o qué?. Le informo que su caso no es de cuidado y no Le complace, ¿Qué anda buscando en los consultorios a los que se ha presentado? A que lo engañen, a eso se expone _A lo que el enfermo respondió, con cautela y cierto dejo de vergüenza y abatido.

CONTINUARA.