Coronavirus y matemáticas.
Dr. Ignacio Espinosa. Medico Internista. Tel: 82 263 52. Cel: 782 888 0056.
Desde la primera comunicación de este tema: viejos los coronavirus, se comentó que, según la OMS, una epidemia se caracteriza por que se afecta al menos un 5% de un grupo social delimitado ya a una congregación con 300 habitantes (15 enfermos), como Solís de Allende, mi tierra natal; pasando por Poza Rica con 200 mil habitantes (10 mil enfermos), para seguir a una gran metrópoli de 20 millones como la CDMX (1 millón de enfermos) hasta arribar a los 130 millones de habitantes aproximadamente de nuestro país siendo necesarios 6 millones y medio (5% de 130 millones) de requisito matemático para una epidemia. Y en las primeras conferencias de gobierno matutinas sobre el COVID, al inicio de este problema, hace más de cuatro semanas, así lo especificó con más seguridad que la inseguridad pública, el Secretario de Salud.
Y también en forma clara y precisa, al inicio de este problema nos lo desglosó el secretario de salud semanas antes cuando el porcentaje era de apenas 0.0003% de la población enferma y categóricamente afirmó que era una cifra insignificante y que todavía no era una epidemia porque no llegaba al 5% requerido.
Al día de hoy 24 de abril en México se reportan 11633 casos confirmados en total de COVID, que corresponden al 0.008% de los 130 millones de habitantes, porcentaje muy por debajo del 5% requerido para una epidemia. Pero oficialmente se habla de una pandemia.
¿Qué pasa?
Recordemos también las cifras relacionadas con el modelo matemático de vigilancia centinela comentada en entrega previa, en que de acuerdo con este concepto, cuando había unos 3 mil y pico de enfermos confirmados había que multiplicarlos por 8 posibles contagios no detectados, por cada enfermo confirmado, lo que nos dio una cifra de 26 mil posibles enfermos deambulando como “zoombis invisibles” en los casi 2 millones de kilómetros cuadrados de nuestro territorio, dato que “apanicó” a todo México, informe que “los contras” utilizaron políticamente para linchar al secretario de salud, tildándolo hasta de traidor a la patria si no indicaba la realización de pruebas de laboratorio masivas para confirmar quien sí, y quien no tiene el corona-virus, desconociendo que las pruebas se utilizan para confirmar o descartar si personas con síntomas sugestivos de infección: fiebre, tos o estornudos, tienen o no la enfermedad.
Ahora bien, supongamos que si de acuerdo con la vigilancia centinela, multiplicamos por 8 los 6297 casos confirmados, la cifra real de enfermos hasta el 16 de abril, sería de 50376 casos de COVID, que corresponde a 0.04% de enfermos en 130 millones, porcentaje todavía muy alejado del 5% requerido para una epidemia. No obstante, se habla de pandemia para la que se requiere 10% o más de población afectada y hasta se dice estamos entrando en una crisis sanitaria.
Lo cierto es que el secretario de salud no ha vuelto a mencionar que para una epidemia se requiere el 5% de enfermos confirmados. Tampoco menciona los porcentajes que estoy mencionando como lo hizo inicialmente.
¿Se manipula y se juega con las cifras en números abstractos?
Por otra parte, lo más preocupante y temible de una enfermedad es la mortalidad que produce en determinado lapso. Nos informan que si hasta el 16 de abril, tenemos 6297 casos confirmados de COVID con 486 decesos, corresponde a un 7.7% de mortalidad de los casos confirmados o reales, y así nos lo informan. Pero no nos dicen que si al utilizar la posible cifra de 50376 casos matemáticamente hablando, que nos reportan con la vigilancia centinela, los 486 muertos disminuye a un 0.9% de mortalidad. Y, si obtenemos el porcentaje de muerte por COVID de los 130 millones de mexicanos, nos resulta un insignificante 0.0003% de mortalidad por COVID. Pero si obtenemos la mortalidad de los casos hospitalizados graves (1285) mas en estado crítico e intubados (287) suman 1572 del total confirmados de 6297, los 486 muertos multiplicados por 100 y dividida entre 1572 nos arroja un dramático 30% de mortalidad.
Cuánto cambia ese 5% y otros porcentajes, dependiendo de la cantidad de personas con que se obtiene.
Por cierto, con los datos de enfermos confirmados y muertes al de 19 abril 20, los porcentajes son muy semejantes a los comentados tres días, el 16 abril 20, con mínima variación.
Pero, en el lapso del COVID ¿Hay muertos por otras causas y cuántas ha habido? Sí, y seguramente son mucho más que las 449 por COVID. Vale la pena comparar esas 449 muertes por COVID con otras causas de muertes por neumonía y otras diferentes. En la información revisada no he encontrado esta comparación, con el fin de evaluar la gravedad de la mortalidad por COVID.
De lo anterior, se puede comentar que: es posible que gobiernos, autoridades sanitarias, periodistas y la sociedad en general interpreten y manejen en forma diferente esos números de la ciencia estadística, sin la objetividad, la veracidad y la imparcialidad para una convivencia digna y justa en lo económico, físico y emocional.
La matemática es una ciencia deductiva que se dedica al estudio de las propiedades de los entes abstractos y de sus relaciones y trabaja con números, símbolos, figuras geométricas. A partir de axiomas y razonamientos lógicos las matemáticas analizan estructuras, magnitudes y vínculos de los entes abstractos para formular conjeturas y establecer definiciones a las que se llega por deducción. Las matemáticas puras estudian la cantidad en abstracto y las matemáticas aplicadas tiene relación con fenómenos biológicos, físicos, químicos y sociales, como las enfermedades. Se dice que todo el universo incluyendo lo biológico es regido por leyes matemáticas.
Si bien dos más dos es absolutamente o exactamente igual a cuatro; en abstracto, es incuestionable aquí, en China o en la luna.
Pero, dos enfermos, más dos enfermos, nunca serán absolutamente igual a cuatro, ni aquí, ni en china ni en la luna, porque se esta cuantificando la materia en cambio constante y que solo existe en el espacio, en el tiempo, en movimiento y cambio infinitos. Las cuatro personas sanas o enfermas rompen el absoluto de las matemáticas puras. Los cuatro enfermos no son exactamente (matemáticamente) iguales.
Lo anterior se comenta porque precisamente el 16 de abril, en la conferencia mañanera, se manejó la predicción con el concepto de matemática pura, es decir abstracta, de que la fase 3 de COVID es segura y que matemáticamente se enfermaran 45 mil personas con base en la vigilancia centinela elaborada y evaluada por varios genios de las matemáticas con un excelso grado académico en esa disciplina del conocimiento.
Parece que estos incuestionables matemáticos puros o quienes los avalan, no toman en cuenta que las matemáticas no son absolutas cuándo se aplican a la evaluación y medición de la naturaleza, cuyos cambios son predecibles solo con la ley de probabilidades, mas no en forma absoluta
Probabilidad es el grado de posibilidad de que ocurra cualquier suceso. La probabilidad de los sucesos depende de las condiciones objetivas en que éstos se efectúan. La probabilidad se presta a un cálculo cuantitativo, y su cómputo es el objeto de la teoría matemática de la probabilidad, que examina las leyes por las que se rigen los fenómenos y sucesos en masa, de los cuales cada uno por separado puede ser un fenómeno o suceso accidental.
Independientemente de todo lo anterior, al no existir tratamiento especifico alguno, ni vacuna, y puesto que la principal forma de contagio es mediante las gotitas de Flugge del estornudo y la tos de un enfermo, la sana distancia es la mejor estrategia recomendada para disminuir la diseminación de la enfermedad.
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