Terror a la hemoglobina glicosilada IX.

Dr. Ignacio Espinosa. Médico Internista. Tel: 782 263 52 Cel: 782 888 0056

Ya se comentó que la prueba esencial para decirle a una persona si es diabética o no, es la medición en una o varias ocasiones del azúcar en ayunas.

Lo anterior es vigente a pesar de que en el momento actual, han agregado la medición de hemoglobina glicosilada o glucosilada, como complemento para establecer el diagnóstico y para vigilar la evolución de un diabético ya definido.

Lo que he observado y no concuerdo, es en utilizar a la hemoglobina glucosilada como dato principal para establecer el diagnóstico y para vigilancia de la evolución en diabéticos ya definidos, sin tomar en cuenta la cifra de azúcar. Resultado: graves complicaciones se producen al excederse en medicamentos y provocar disminución del azúcar (hipoglicemia) con caídas provocando fracturas graves de cadera y hemorragias traumáticas de cerebro. Me consta. Además, las personas viven aterrorizadas ante la mínima elevación de la hemoglobina glicosilada, con cifras normales de azúcar. Y lo no menos grave, muchas personas actualmente están siendo tratados como diabéticos con ligera elevación de la hemoglobina glicosilada y cifras normales de azúcar, es decir SIN PADECER DIABETES. Y por otra parte, se exagera el pronóstico y el costo de la atención médica: medir el azúcar tiene un costo de 50 pesos, medir la hemoglobina glicosilada, desde 250 hasta 400 pesos y desde mi muy personal punto de vista esto es injusto porque la ayuda que proporciona la cifra de azúcar es diez veces más rentable que el apoyo que nos proporciona la hemoglobina glicosilada.

Y otro punto de vista con el que no concuerdo: argumentan que en una persona sana una ligera elevación de hemoglobina glicosilada, aunque el azúcar en ese mismo momento, en ayunas, esté normal es un dato que predice diabetes. Y además, si a una persona sana le encuentran azúcar normal y hemoglobina glicosilada ligeramente elevada en ayunas, pero al mismo tiempo le encuentran cierto grado de arterioesclerosis en el fondo de ojo (microangiopatía) ya lo etiquetan como diabético DEFINIDO y hasta le dicen que seguramente lleva diez años con la enfermedad. Esto me parece insólito porque significa desconocer que las lesiones vasculares, es decir la arterioesclerosis, es un proceso natural propio del envejecimiento que se puede observar en pacientes adultos con diferentes edades SIN DIABETES, desconociendo u ocultando que la diabetes es un factor de RIESGO, que puede acelerar la arterioesclerosis, arterioesclerosis que, con o sin diabetes, si llegamos a viejos, tendremos arterioesclerosis.

Por todo lo anterior, el uso actual de la hemoglobina glicosilada me parece una falacia, es decir una falsedad establecida como verdad.

Finalmente, con fines de orientación comentaré diferentes situaciones clínicas en diabéticos ya definidos:

Si hoy, un diabético, tomando determinada dosis de medicamento, tiene alrededor de 130 miligramos de azúcar en ayunas, significa que en el momento está bien controlado con esa dosis. Si al mismo tiempo de medir el azúcar se mide la hemoglobina glucosilada y se encuentra por ejemplo en 6% (normal menos de 6%), significa que en los meses previos el azúcar estuvo alrededor de los 130 miligramos.

¿Cuál es la conducta a seguir en un caso así? Continuar la misma dosis, puesto que el azúcar actual de 130, indica un buen control en ese momento y la hemoglobina glicosilada normal de 6% indica que en los dos o tres meses previos, también tenía alrededor de 130 miligramos.

Otro ejemplo: cifra de azúcar actual de 130 y simultáneamente hemoglobina glucosilada elevada a 8%. Igual que el caso anterior: seguir la misma dosis. La hemoglobina glucosilada de 8% sugiere que el azúcar en los meses previos estuvo elevada alrededor de 200 miligramos. ¿Qué pasaría si en este ejemplo aumentamos la dosis para controlar la hemoglobina glucosilada? La respuesta parece fácil de deducir: bajaríamos peligrosamente el azúcar porque el medicamento actúa en pocas horas sobre el azúcar, pero actúa en semanas sobre la hemoglobina glucosilada.

OJO, de lo anterior se deduce otra conclusión: la responsable directa de los síntomas del azúcar alta o baja, es el azúcar, no la hemoglobina glucosilada.

Otro caso: un diabético con azúcar elevada a 200 y hemoglobina glucosilada elevada a 9%, sugiere un descontrol presente y durante los tres meses previos con azúcar de 200 a 250 miligramos. ¿Qué hacer en este caso?. Aumentar la dosis del medicamento para mejorar el control del azúcar.

Y si un paciente tiene elevada el azúcar a 200 miligramos en el presente y la hemoglobina glucosilada normal de 6% o menos, significa que en los dos o tres meses previos el azúcar estaba bien controlada, alrededor de 120 miligramos de azúcar y que la elevación a 200 miligramos se produjo en días recientes. ¿Qué hacer en estos casos? Investigar porqué el descontrol agudo: ¿abuso en alimentos, estrés físico, químico o emocional, interferencia de otros medicamentos, avance de la enfermedad o por haber interrumpido el medicamento? De acuerdo con la posible causa o causas, actuar para corregir los factores que influyeron en ese descontrol reciente y en caso necesario aumentar la dosis de medicamento. OJO: si en este ejemplo, aumentamos la dosis del medicamento sin investigar los posibles factores de descontrol, podemos provocar bajones bruscos y peligrosos del azúcar. Lo digo porque lo veo.

Y si un diabético tiene 60 miligramos de azúcar en el presente, con sensación de sudoración fría, decaimiento, debilidad intermitentes y su hemoglobina glicosilada esta elevada a 8%. Significa que está presentando síntomas actuales de azúcar por debajo de lo normal, aunque en los dos o tres meses previos su azúcar era elevada de alrededor de 200 miligramos. ¿Qué hacer en este caso? Hay que disminuir la dosis del medicamento pues corre riesgo de bajón brusco de azúcar (hipoglicemia) con desmayo y caída con peligro de golpe en la cabeza, hemorragia subdural y muerte.

No obstante lo anterior, la tendencia actual del gremio médico es obsesionarse en “tratar” a la hemoglobina glicosilada, tratar a la enfermedad dejando de tratar a un humano enfermo.