Prohibido prohibir.

El entorno cultural del médico y el enfermo, sus costumbres y sus creencias son trascendentes en el manejo de los problemas médicos, ya que influyen en el éxito o el fracaso del tratamiento de la gran mayoría de los problemas médicos que se nos presentan.

Un hecho muy frecuente que se encuentra en la gran mayoría de los pacientes es el sometimiento a una serie de prohibiciones sin fundamento alguno, tabúes que la mayoría de las veces empeoran la calidad de vida psicológica y social repercutiendo hasta en las relaciones interpersonales familiares o laborales.

Muchos enfermos dejan de comer carne de puerco cuando les prescriben medicamentos aunque su aparato digestivo se encuentre en buenas condiciones. Dicen que “la carne de puerco es muy dañina y que hace mal con los medicamentos” Esta decisión puede ser espontánea o por prescripción médica. Si un paciente no tiene patología digestiva, no hay motivo para prohibir la carne de cerdo ya que esta es un alimento más, de entre muchos. Cierto que la carne de puerco es de más difícil digestión por la mayor cantidad de grasa que contiene en comparación con las carnes blancas. Deben disminuir su ingestión los obesos o los enfermos con trastornos digestivos como gastritis o colitis. La mayor parte de las ocasiones en que se prohíbe a los enfermos, no existe justificación alguna. Lo más grave es que los pacientes no reciben explicación razonable alguna del porqué de la prohibición. Si cuestionan al médico que hace tal prohibición, simplemente no reciben una respuesta razonable.

Otra idea muy arraigada y que no tiene fundamento es la exclusión de grasas y principalmente aguacate en la alimentación de los enfermos que padecen de cálculos en la vesícula. Se cree que las grasas y el aguacate desencadenan el dolor en los enfermos de la vesícula. Esto es a todas luces falso. Los cálculos en la vesícula casi siempre se diagnostican por la presencia de dolor. Este se presenta cuando los cálculos cambian de posición y se atoran en la salida de la vesícula, obstruyendo el conducto de salida (cístico.) Para que se formen cálculos mayores de medio centímetro de diámetro que son los que dan molestias, deben pasar varios años, de tal forma que cuando se detectan, en realidad llevan varios meses o años presentes sin haber molestado. ¿Cuántas veces los enfermos han comido grasas o aguacate durante los meses previos al evento doloroso en que ya contaban con los cálculos, sin que la ingestión de tales alimentos les hallan causado dolor?.

Por otra parte, con el advenimiento del ultrasonido en las últimas dos décadas, se solicitan estudios de hígado o de riñones durante los cuales, de paso, se observa la vesícula puesto que es vecina de los citados órganos y fortuitamente o en forma accidental, se detectan cálculos en la vesícula sin que el paciente ni el médico tengan la menor sospecha de su presencia. Nuevamente ¿Cuántas veces estos enfermos han ingerido grasas o aguacate o leche sin que hayan presentado el temido dolor de la vesícula?. Esto prueba que el temor a que las grasas o el aguacate causen directamente el dolor, es falso. Es posible que haya coincidencia entre el dolor y estos alimentos, por la frecuencia con que se ingieren ¿Cuántos sujetos sanos o con cálculos inadvertidos ingieren grasas o aguacates o leche?. Todos. Algunos pueden quejarse de dolor sin cálculos en la vesícula y otros con cálculos pueden no sentir el dolor. De todo lo anterior, se deduce que la prohibición de los multicitados y ricos alimentos como el aguacate, corresponde exclusivamente al cuerpo de cada individuo si este los rechaza y que no deben prohibirse por regla en los enfermos de vesícula.

También es frecuente observar enfermos que no comen carne cuando se quejan de dolores musculares o artríticos, tanto por prohibición de sus médicos tratantes o por las ideas y creencias populares de que las carnes rojas causan artritis. Falso casi en su totalidad, ya que las principales causas de artritis no tienen relación alguna con la ingestión de proteínas tal es el caso de la artritis más frecuente, la degenerativa o propia de la tercera edad que nada tiene que ver con las carnes. Igual sucede con la artritis reumatoide, poco frecuente. La única artritis que tiene relación con las carnes rojas y las vísceras (ricas en purinas), es la artritis gotosa o por ácido úrico. Esta artritis es poco frecuente y casi exclusiva del hombre, extremadamente rara en la mujer. En el momento actual la dieta para estos enfermos no debe ser tan estricta ya que existen medicamentos para disminuir el ácido úrico que permiten una dieta más liberal que antaño. Por lo anterior, la mayoría de las veces en que se prohíbe la carne por dolencias musculares o artríticas, es injustificable.

Estas y otras creencias que carecen de fundamento, lo único que producen es empeoramiento de la calidad de vida psicológica de los enfermos, creencias que desgraciadamente transmiten a otras personas sugestionables que las aplican a través de generaciones. Muchos médicos también por costumbre, aplican estas creencias, sin contar con los conocimientos básicos de fisiología humana para desecharlas y de esta forma orientar y educar a los enfermos al establecer prescripciones razonables y lógicas, acordes con la realidad particular de cada paciente.