Riesgos de endoscopía gástrica.

La moderna tecnología ha facilitado el estudio clínico de los enfermos, logrando mayor exactitud en el diagnóstico y tratamiento de diversos problemas médicos. A la vez, hay que decirlo, ha aumentado el costo de la atención médica y el riesgo de provocar lesiones graves, incluso mortales. La prudencia y el buen juicio clínico permite prever este fenómeno y de esa forma recurrir a esos estudios selectivamente de acuerdo con las circunstancias individuales de cada enfermo.

Por desgracia, la mayoría de esos estudios se hacen indiscriminadamente, frecuentemente con fines comerciales, o por el fenómeno actual de la medicina defensiva: el médico para defenderse de las quejas de los enfermos, recurre a solicitar todos los estudios posibles que sugieren los protocolos médicos y de esa forma demostrar legalmente que cumplió con una buena práctica médica, porque cumplió los requisitos que proponen “los expertos”, aunque esos estudios hayan provoquen lesiones graves.

La endoscopia de estómago es un estudio relativamente seguro en manos bien entrenadas. Las complicaciones son mínimas, incluyendo la muerte, rayando en el 1 por mil.

_No se preocupe. _Dicen los endoscopistas. _Ya he realizado cientos de endoscopias y no he tenido ninguna complicación ni alguna muerte.

¿Y que tal si ese 1 por mil, le toca al enfermo que se lo está diciendo? No olvidemos que a la mejor cocinera se le puede ir el chile entero en el caldo que está guisando.

Por eso es recomendable advertir con precisión los posibles riesgos, ventajas y desventajas de tal o cual procedimiento, es la mejor forma de defenderse de las quejas: sobre aviso no hay negligencia ni engaño. Un paciente bien informado, difícilmente demandará al médico.

¿Qué posibilidades hay de que el estudio aporte datos que puedan modificar el diagnóstico, pronóstico y tratamiento? Esta es una buena pregunta que los enfermos deben hacer a quien les propone un estudio de esa magnitud. En realidad, las ventajas son pocas, porque la mayoría de los problemas digestivos estomacales, en un 90% son funcionales, es decir, no podrán demostrarse en la endoscopía y esta será negativa o normal. La decisión será tomada finalmente por el enfermo, previo consenso armonioso con su médico.

Siempre se deben advertir los riesgos, por mínimos que sean.

Puede haber complicaciones con los procedimientos anestésicos o sedación para realizar el estudio: reacciones alérgicas imprevistas, depresión respiratoria, paro respiratorio y baja de la presión arterial.

Puesto que el nervio vago o décimo par craneal sale de la base del cerebro y desciende a ambos lados del esófago inervando al corazón regulando la frecuencia cardíaca, inerva esófago, estómago, es posible que se presenten complicaciones cardiovasculares con arritmias, dolor torácico, infarto del corazón, paro cardiaco, baja de la presión arterial y muerte, sobre todo en personas de edad avanzada con lesiones de arterias coronarias previas. Si bien el riesgo es mínimo, es muy peligroso menospreciarlas y no informarlas al enfermo.

Otra posible complicación es la trasmisión de infecciones con el aparato contaminado por salmonela o pseudomonas por ejemplo e incluso hepatitis. O bien una diseminación de bacterias hacia el torrente sanguíneo por la erosión que provoca el tubo endoscópico al paso por el tubo digestivo (esófago) o al tomar biopsias de mucosa esofágica o gástrica.

Perforar la tierra puede producir agua o petróleo, perforar la mucosa esofágica o del estómago puede producir una mediastinitis (infección intratorácica) o peritonitis química fulminantes y la muerte en horas después de la endoscopía. Ya se han comentado en esta algunos casos al respecto.

Otro riesgo es la aspiración de contenido gástrico hacia vías respiratorias provocando obstrucción bronquial aguda y muerte o una grave neumonía por broncoaspiración.

Puede haber hemorragias por traumatismo producido por el paso del tubo endoscópico o bien por lesionar una arteria gástrica al tomar una biopsia de la mucosa.

Probablemente alguno de mis cuatro lectores, tilde a Kiskesabe de anticuado por preferir, antes de la endoscopia, un estudio radiográfico de esófago estómago y duodeno, la SERIE ESOFAGO GASTRODUODENAL, más económico e inofensivo en comparación con la endoscopia y con un 90% de certeza diagnóstica en conjunto con los datos de la historia clínica, es decir, a la endoscopia debemos con prudencia, recurrir, en caso de que con el estudio radiológico existan dudas de diagnóstico, lo cual acontece en un escaso porcentaje de pacientes.

Reitero con mesura, no tomar en cuenta lo anterior, conduce a realizar la costosa y “apantalladora” endoscopia, la mayoría de las veces sin necesidad, exponiendo al enfermo a riesgos innecesarios, incluso la muerte.

Y otro hecho de observación muy personal: pocas veces solicito endoscopias, pero de los pacientes que exhiben endoscopias ordenadas por otros colegas, la mayoría solo reportan gastritis crónica, y es raro que se encuentre alguna lesión seria como el cáncer de estómago que amerite alguna conducta diferente a la de recetar antiácidos a granel, indiscriminadamente y sin resultados satisfactorios, porque la mayoría de esos pacientes padecen de los llamados trastornos funcionales del colon que ningún endoscopista, por muy ducho que sea, puede corroborar.

Más claro, la mayoría de las endoscopias de estómago, no aclaran la causa de la supuesta gastritis, resultado: ¡Una confusión, bien clara! Paradojas del ejercicio profesional médico.