Medicina herbaria.

Existen motivos sociales, económicos, antropológicos e históricos, por los que la sociedad recurre cada vez más a la medicina herbolaria y otras alternativas. Hay pacientes con enfermedades graves que recurren a la medicina alternativa por desesperación o frustración, insatisfacción, rechazo a la ciencia y la tecnología. Una persona sana puede recurrir a la medicina herbaria porque confía en prevenir futuras enfermedades con algún remedio alternativo o complementario. Los medios de comunicación ejercen una poderosa influencia en el comportamiento de los consumidores haciéndoles creer en su eficacia para todo tipo de enfermedades y en que son completamente inofensivas, lo que no siempre es real.

En cuanto a las encuestas de los consumidores de medicina herbaria, señalan que la mayoría son mujeres, personas con estudios universitarios que ingieren otros fármacos con lo que aumentan las posibilidades de intoxicaciones por interacción entre las hierbas y los medicamentos.

Aunque la medicina herbolaria se ha usado desde hace miles de años, el uso tradicional no es fiable para asegurar su eficacia o su inocuidad ya que no cumple con los requisitos indispensables desde el punto de vista bioestadístico y de metodología de estudios que sirven para evaluar y aprobar el uso honrado de un medicamento. Las publicaciones y conclusiones sobre varios de estos medicamentos herbarios son contradictorias y confusas. Sin embargo, en el momento actual se han sometido algunos estudios a una evaluación estadística y se ha comprobado que algunas hierbas si surten efectos en determinados estados patológicos como la ginkgo biloba para el tratamiento sintomático de la demencia y la claudicación intermitente, dos enfermedades relacionadas con deficiencia en la circulación arterial de cerebro y piernas, pero se duda de su eficacia para el zumbido de oídos en el cual se indica con mucha frecuencia. Ya se ha mencionado en otro comunicado que la hierba de San Juan es eficaz en la depresión leve y la kava kava como tranquilizante suave.

Una de las hierbas más populares de la actualidad es el ginseng asiático. Se recomienda para multitud de padecimientos, como tónico general y para fortalecer el rendimiento intelectual y físico. Según una revisión sistemática de los autores de un artículo de medicina herbaria publicado en las Clínicas de Medicina Interna de Norteamérica, no se han encontrado pruebas convincentes de la eficacia del ginseng. Lo mismo sucedió con el ajo (Allium sativum) promocionado como reductor del colesterol, no se encontraron evidencias estadísticamente significativas de su eficacia clínica. Este hecho no es obstáculo para seguir disfrutando de unos camarones tamiahueros al mojo de ajo, al menos, si no beneficia, tampoco perjudica, el sabor que proporciona a los alimentos, mejora la calidad de vida.

Hay evidencias de algunos efectos tóxicos de ciertas hierbas en combinación con fármacos de patente. Los polvos de raíz de efedra, utilizada para rebajar de peso y para la gripe pueden provocar problemas cardíacos, circulatorios y hasta la muerte. Muchos cuida kilos han “salido por piernas” de diversas ciudades por estas complicaciones. Otras hierbas, pueden provocar hepatitis, lesiones cardíacas, anemia, efectos hormonales, trastornos de coagulación por lo que es esencial verificar los efectos de los fármacos con los que en ocasiones se combinan pensando en que por ser hierbas naturales no tienen efectos tóxicos.

Por otra parte, las preparaciones herbarias se pueden contaminar con metales pesados como el plomo o con microorganismos durante su conservación. En un examen de 319 niños y 2800 adultos de Taipei, se observó que tenían elevadas las concentraciones sanguíneas de plomo en la sangre en relación con la ingestión de hierbas chinas.

Para saber con que frecuencia las medicinas chinas vendidas en Taiwuán eran adulteradas con sustancias terapéuticas, se recogieron 2609 muestras en ocho grandes hospitales generales. Los análisis revelaron la adulteración de 618 muestras (23.7%). Más de la mitad de las muestras adulteradas de medicina china tenían dos o más sustancias adulterantes como el paracetamol para dolor y bajar la temperatura (tempra), hidroclorotiazida (diurético), indometacina (antirreumático), fenobarbital (para epilepsia y sedante) teofilina para el asma y hasta cortisona que se utiliza en varias enfermedades. He aquí el fraude, mezclar hierbas probablemente sin ningún efecto terapéutico con fármacos perfectamente conocidos, para hacer creer al enfermo que es la hierba la efectiva.

No nada más en China soplan vientos de charlatanería, de corrupción y de fraude. En nuestro medio las doce vitaminas esenciales (complejo B, tiamina, piridoxina, vitamina C y otras) las mezclan con sedantes, antirreumáticos, antipiréticos, cortisona, analgésicos y otras sustancias bien conocidas. La gente cree que son las vitaminas las que le calman el dolor, “la reuma”, le controlan el sueño o le fortalecen los nervios. Vil engaño. Lo grave de este problema es que son los mismos médicos, incluso afamados especialistas preparados en hospitales altamente calificados académicamente los encargados de prescribir dichas combinaciones y mantener la errónea idea en los ingenuos pacientes que hay una vitamina para todo mal, y hasta ellos mismos las recetan a sus compadres o amigos enfermos.

            Es muy complicado orientar, educar y cambiar la mentalidad de cierto sector de la sociedad de lo fraudulento de medicinas cura todo. La propaganda comercial de la industria farmacéutica en los medios de difusión masiva: prensa, radio y televisión es avasalladora y alienante y las 900 palabras de esta columna se convierten en un granito de arena. Es posible que alguno de los dos lectores de esta columna, conservará este granito de arena, con ello la misión de orientar se considera cumplida. La arena es un puñadito, pero hay montañas de arena.