Más allá del dolor corporal.

Todos los días existen pacientes que se quejan de dolor en diversas partes del cuerpo, desde los cabellos hasta la punta de los pies, pasando por la garganta, el cuello, tórax abdomen, brazos y piernas. El temor del enfermo influye mucho en la intensidad o gravedad del dolor. Si sospecha que puede ser cáncer o necesitar alguna operación, aumenta su ansiedad y con ello la intensidad o la gravedad del dolor. El estado de ánimo influye en estos parámetros.

La gran mayoría de los pacientes con dolor físico, en realidad padecen de cambios en el estado de ánimo que produce lo que se llama dolor psicosomático, es decir, un problema psicológico o emocional que con el tiempo, por medio de alteraciones químicas del sistema nervioso se transforma en dolor corporal, siendo este el que hace acudir a buscar apoyo médico.

Una joven mujer, de 21 años de edad, dos años de casada, con su primer hijo de dos meses de nacido, se presentó a consulta expresando mucha ansiedad tanto en rostro como al exponer su problema

_Doctor, vengo a consulta porque me envió un Doctor amigo suyo para que me vea y me diga si en verdad estoy enferma del corazón. Soy de un ejido, fui a consulta a una clínica rural porque tenía dolor de cabeza, mareos. Me dijeron que era la presión alta, me encontraron 150/100, que esa era la causa de mis males y que debía tomar un medicamento para toda la vida y que debía de cuidarme pues me podría dar un infarto o una hemorragia en el cerebro. Su amigo el que me envió con usted me solicitó unos estudios de sangre, me hizo una radiografía del tórax, me dijo que estoy bien, pero que para estar seguro si yo tengo dañado el corazón, mejor me pasaba con usted para que me diga que tengo. Yo estoy muy preocupada por lo que me dijeron en la clínica. Quiero que me diga la verdad. Es la primera vez que me enfermo, siempre he sido sana. Ahora que nació mi hijo yo estaba bien, el Doctor que atendió mi parto en la clínica de mi pueblo me dijo que mi presión arterial era normal, y me la tomaron varias veces. Yo no sé porque ahora me subió _Concluyó la paciente.

Los pacientes jóvenes con elevaciones de la presión arterial deben ser estudiados escrupulosamente para determinar lo más exacto posible la, o las causas de la elevación de la presión arterial. No basta con indicar tratamiento para toda la vida y exponer un pronóstico tan drástico. En más del 85 por ciento de los casos, la elevación de la presión arterial por primera vez es de origen nervioso, esto significa que no es posible definir alteración anatómica objetivamente que explique la elevación de la presión. En algunos casos puede haber lesiones de los riñones como glomérulo nefritis crónica, o de las glándulas suprarrenales como el feocromocitoma, enfermedad de Cushing o el aldosteronismo primario, estas tres, son tan raras, que por el momento no vale la pena discutir.

_Revisando su caso _me dirigí a la paciente después de explorarla y revisar sus estudios _ veo que por el momento su presión arterial se encuentra completamente normal, con 120/70, no hay crecimiento de corazón en la radiografía, sus estudios de sangre son normales. La urea y creatinina que le midieron en la sangre se encuentran normales, esto sugiere que los riñones están funcionando correctamente y que no hay datos de daño renal por glomérulo nefritis una de las enfermedades más frecuentes que en jóvenes pueden causar elevación de la presión arterial y, además usted se siente bien, sin ninguna molestia. Para mí _Continué explicando a la paciente _Es posible que su problema de presión arterial no es de cuidado ni peligroso, puesto que no existen antecedentes de haberla padecido previamente. Por lo tanto es posible que el dolor de cabeza y los mareos así como la ligera alteración de la presión, que no es elevación porque no rebasa los 150/110, sean consecuencia de algún problema de tipo nervioso. El sistema nervioso es el principal y más rápido regulador normal de la presión sanguínea y también es el sistema nervioso alterado, el que más frecuente altera la presión en forma pasajera y sin peligro, de manera que vamos investigar si sus males son de origen nervioso. ¿Tiene algún problema que la preocupe?. ¿El dolor de cabeza y el mareo empezaron con alguna preocupación, algún coraje, algún familiar enfermo? _Pregunté, con la intención de ir más allá del dolor corporal, más allá del dolor de cabeza, más allá de la presión alta y más allá del corazón.

_Bueno en realidad, sí. _Respondió la enferma _Me sentí mal a otro día de desvelarme con mi hijo, tuvo calentura y tos en la noche, hasta le vino vómito con la tos y convulsiones, me desvelé toda la noche cuidándolo, lo tuvimos que llevar con un doctor en la madrugada, me dijo que era un catarro, que las convulsiones eran por la calentura, le subió hasta 40 grados, pero yo me espanté mucho. Me dio mucho miedo de que se muriera, y usted sabe, es el primero y el único y pues con los hijos uno se espanta. Pero ahorita gracias a Dios, ya está bien. Ya se le quitó la temperatura con la medicina que le recetaron y ya se me pasó la preocupación. Lo que me preocupa es mi presión.

_Gracias a Dios y al médico que atendió a su hijo _Repliqué, tratando de hacerle ver a la paciente los méritos del médico de su hijo.

_Bueno si verdad, creo que tiene razón, el doctor que atendió a mi hijo se portó bien lindo. Pero es Dios el que guió al Doctor para que lo curara. ¿O no? _ Me cuestionó la paciente con la decisión de una verdadera creyente, pero asintiendo de buena gana las virtudes del doctor.

_Pero si su hijo se hubiera muerto, entonces si le hubiese echado la culpa al Doctor que lo atendió ¿O no?. _Refuté, pisando ya un terreno un tanto peligroso.

_¡Ay, Doctor, como es usted! _Dijo la paciente con una sonrisa de tolerancia.

_Volviendo al problema de su presión y de su corazón, _Continué, para evitar un tema tan escabroso como es el de las creencias religiosas de los pacientes, merecedoras de todo nuestro respeto, _ Creo que ya esta bien clara la causa de sus molestias que afortunadamente se controlaron. La desvelada de toda la noche, la presión emocional ante la idea de la posible pérdida de su hijo recién nacido, fue la causa de sus molestias y de la elevación leve de la presión arterial. No creo que su problema sea ni del corazón, ni de la presión arterial. Mucho menos de los riñones o de otras enfermedades graves y raras que algunas veces alteran la presión. Le voy a dar un certificado por escrito de esto que le informé a usted, para que su médico familiar se entere de mi opinión, vigile la evolución de la presión arterial sin medicamentos. Lo más seguro es que su presión va a estar normal. Por el momento olvídese de padecer del corazón, su corazón está sano. En caso necesario le solicitamos un electrocardiograma y otros estudios, caros por cierto, para aclarar si hay alguna otra enfermedad grave, a menos que usted posea mucho dinero para hacer los estudios.

_No Doc, si con lo de mi parto y lo de la enfermedad de mi hijo ya nos endeudamos, mejor así le dejamos. Ahora si creo que es por mis nervios, yo soy muy nerviosa, soy de carácter fuerte, pero si me espanté de pensar que mi hijo muriera, si creo que haya sido esa desvelada la causa de mis males. Gracias a Dios…… y al doctor que me envió con usted y a usted también doctor por su orientación. Yo lo vengo a ver en caso de sentirme mal o le llevo su recado al doctor que me envió con usted y ya el que me diga si vengo otra vez.