Vanidad y adolescencia.

La adolescencia es una etapa de la vida caracterizada por una revolución sanguínea hormonal que trasforma la fisonomía corporal, psicológica y cultural del ser humano. Puesto que la secreción de hormonas en general, incluyendo a las hormonas sexuales, es sistematizada por el cerebro desde la glándula hipófisis, no es sorprendente entender los cambios de personalidad que manifiestan los adolescentes quienes en general sienten que todo lo pueden y que no hay nadie superior a ellos, entran en rebeldía con las reglas implantadas por sus padres, de los cuales no aceptan sugerencias, consejos y orientación.

Se vuelven audaces, temerarios e intrépidos. Si son varones de origen urbano, utilizan los autos de sus padres para jugar arrancones e impresionar a las chicas, aunque de técnicas de manejo no conozcan ni la jota. Si campiranos, jinetean y charrean caballos sin la menor idea de cómo utilizar las riendas. Las mujeres adolescentes hacen una tragedia griega por dos o tres kilos de más si la moda es estar delgada. Hacen un tango argentino si se encuentran en su peso normal si la moda es ser gordita.

Recuerdo el caso, de entre muchos, de una adolescente que con peso normal para su edad y estatura, sus compañeros (as) le decían que se veía muy gorda lo que la afligía sobremanera. Se preocupaba tanto que disminuyó la ingestión de calorías, una compañera le proporcionó unas tabletas para bajar de peso, eran anfetaminas, si bajó de peso, pero además, se le quitó el sueño por las noches, se volvió más irritable y susceptible a los comentarios de sus amigos, presentó estado nauseoso y vómitos, sentía palpitaciones y falta de aire para respirar.

Después de la entrevista médica se llegó a la conclusión de que estaba desnutrida ya que pesaba 5 kilos por debajo del límite inferior normal, tenía gastritis secundaria a los ayunos y a irritación gástrica de las anfetaminas, las cuales habían causado estragos en su físico y en su estado de ánimo ya que eran las que le provocaron las molestias referidas en el párrafo previo.

En realidad, antes de desnutrirse, su peso era normal para su edad, talla y estructura corporal. Este último detalle generalmente se omite al evaluar el peso de los pacientes. Existen tres tipos de estructura corporal que depende de la conformación del esqueleto tanto de los varones como de las mujeres: LONGILINIO, se caracteriza por ser de aspecto espigado, delgado y larguirucho, aunque su peso sea normal, dan la impresión de ser flacos. EL BREVILINIO, baja estatura, ancho de hombros y de caderas, musculoso y carnudo y da la impresión de ser gordo aunque el peso sea normal. El NORMOLINIO, el ideal que todos quisieran, con características intermedias entre el brevilinio y el longilinio, es el que no sufre por el aspecto del peso, aunque puede volverse narcisista, es el que se siente el galán de galanes, es el que hace sufrir a los demás por la envidia que causa. Si es mujer, es la que se siente miss universo, y todo lo que de ello emana.

Por otra parte, cuando los adolescentes bajan de peso sin causa aparente, es motivo de preocupación principalmente para los padres, los cuales frecuentemente temen que padezcan alguna enfermedad grave. Existen adolescentes que adelgazan a pesar de ingerir abundantes alimentos como para aumentar de peso. Este hecho alarma demasiado, principalmente a los padres. Es frecuente ver adolescentes presionados por los padres para acudir a consulta para valorar la causa de pérdida de peso sin que los pacientes se quejen de molestia alguna como dolor, disminución del apetito, diarreas, o síntoma alguno que sugiera alguna enfermedad grave. Al explorarlos no se encuentran datos anormales y los estudios de laboratorio básicos generalmente son normales. Es decir, ni para el médico queda clara la causa de la pérdida de peso.

La mayoría de las pérdidas de peso en estos casos se debe al estrés propio de la etapa de adolescente, incluyendo la responsabilidad, cuando la asumen, de estudiar con el fin de superarse y llegar a ser en el futuro unos buenos profesionistas. En estos casos, después de descartar o eliminar posibles causas y enfermedades físicas o químicas evidentes de adelgazamiento como: funcionamiento exagerado de la tiroides (hipertiroidismo), diabetes, síndrome de mal absorción con diarrea crónica, infecciones crónicas, uremia insuficiencia renal crónica, falta de apetito de origen nervioso (anorexia nerviosa) o depresión y otras, es posible que la pérdida de peso suceda como efecto de aumento del metabolismo energético del cuerpo como consecuencia de la ansiedad o estrés que se debe a una elevación de las catecolaminas circulantes en la sangre las que entre otras acciones aumentan la producción de calor por aumento en el metabolismo o destrucción de los depósitos de grasas corporales de donde el cuerpo obtiene energía para la actividad mental propia del estudio a altas horas de la noche y de la ansiedad que se manifiesta de diferentes formas como: sudoración, temblores, palpitaciones, aumento de los movimientos intestinales, y otras acciones que aumentan el consumo de energía en forma involuntaria e insensible.

Este mecanismo parece el más razonable para explicar la causa de pérdida de peso, si el adolescente ingiere los suficientes alimentos como para aumentarlo. Esta explicación puede dar tranquilidad a los adolescentes y principalmente a los padres que, la mayoría de los casos, por razones obvias, son los que especialmente se preocupan por la salud de sus hijos.

No está por demás buscar orientación de un médico capaz de investigar las causas más frecuentes de aumento o de baja de peso, generalmente benignas.