Vida sexual sin útero.

Varias mujeres programadas para extirpación de útero (histerectomía), han planteado su preocupación por las complicaciones que se pudieran presentar en su funcionamiento sexual sin la matriz.

Esta inquietud depende de factores biológicos, culturales, psicológicos y religiosos y de la orientación e información que reciban del médico que plantea la cirugía mencionada.

Culturalmente el temor principal, además de los riesgos propios de la operación, es ver mermada su calidad femenina tanto en el aspecto físico como en lo sexual. Sin embargo, la histerectomía no cambia de fondo la estructura anatómica y fisiológica femenina y por tanto, no debe repercutir en disfunción sexual, la que depende principalmente de factores psicológicos.

Desde el punto de vista técnico los riesgos de la histerectomía son los propios de la mayoría de las intervenciones quirúrgicas: hemorragias, infecciones, dehiscencia de sutura (se desamarran los nudos de la sutura) complicaciones anestésicas y otras.

Extirpar exclusivamente la matriz, no disminuye la formación de hormonas femeninas (estrógenos), por lo tanto conservarán sus características femeninas sin alteración alguna. Los estrógenos se sintetizan en los ovarios, no en la matriz. Ya no habrá menstruaciones pues las hemorragias menstruales dependen del útero.

Si la extirpación del útero (histerectomía) se acompaña de extirpación de ambos ovarios (ooforectomía bilateral), cuando todavía hay menstruaciones, se presenta una menopausia quirúrgica ya que la formación de hormonas por los ovarios desaparece bruscamente y pueden presentarse síntomas de climaterio en tanto las glándulas suprarrenales (encima de los riñones), “entran al quite” para formar la suficiente cantidad de hormonas para que la mujer siga siendo femenina, sin necesidad de tomar píldoras de hormonas.

En un estudio realizado en la Universidad de Maryland por la Dra. Rodhes, se observó que después de la histerectomía mejoró el funcionamiento sexual en total, aumentó la frecuencia de actividad sexual y disminuyeron los problemas de funcionamiento sexual.

Existen varias razones para explicar esta mejoría:

En primer lugar los síntomas propios de una enfermedad de útero como hemorragias anormales, estreñimiento por un útero crecido que comprime el colon y que puede traducirse en dolor abdominal, incomodan física y emocionalmente a las pacientes como para que disminuya el deseo sexual (libido) y por tanto la frecuencia de actividad sexual es menor.

Por otra parte, el temor a padecer cáncer de matriz también altera el estado de ánimo con crisis de depresión o de miedo que produce disminución de la actividad sexual.

A lo anterior se añaden las preocupaciones por el riesgo de ser sometida a una cirugía y posibles preocupaciones familiares, económicas o laborales, que también interfieren con la actividad y el deseo sexual.

De esta forma, al extirpar la matriz, disminuyen los temores, desaparecen ciertas molestias físicas, mejora la calidad de vida y con ello la función sexual.

De ninguna manera se recomienda extirpar la matriz en mujeres sanas esperando que mejore la función sexual. Debe investigarse y tratarse la causa de la disfunción, que puede ser de origen diferente a enfermedad de matriz. La histerectomía está indicada en enfermedades precisas que interfieren con la calidad de vida general y la función sexual. Esta, además se altera por factores del entorno cultural y psicológico, no exclusivamente por factores biológicos.

Un grupo de mujeres reacciona negativamente a la histerectomía, lo que puede deberse a ciertas alteraciones anatómicas en la vagina que puede quedar estrecha o corta, dificultando anatómicamente la función sexual.

En otros casos, la idea de sentirse devaluada como mujer por la mutilación del aparato de la procreación, la matriz, psicológicamente puede disminuir el deseo y el placer sexual.

También es cierto y debe decirse, a muchas mujeres se les extirpa la matriz sin necesidad. Es frecuente observar pacientes con extirpación del útero por alteraciones menstruales propias del establecimiento de la menopausia, una etapa normal de la vida, que muchos médicos hacen creer a las mujeres que es una enfermedad y de esa manera convencerlas de la necesidad de su extirpación y así acabar con sus molestias menstruales, y como dicen algunos colegas, “para que quieres la matriz madrecita, si ya solo te sirve para que se desarrolle cáncer”.

En realidad esta táctica quirúrgica es con fines puramente lucrativos, de otra forma, la medicina preventiva consistiría en extirpar los senos en mujeres sanas para prevenir el cáncer de mama, extirpar la próstata, los pulmones, el estómago, los ovarios la vesícula o el hígado para prevenir el desarrollo de cáncer en estos órganos. La medicina sería una verdadera carnicería.

Es más lucrativo cercenar a nuestros semejantes que educar, orientar e informar para prevenir.