Infección tiroidea.
Un colega, de los pocos que confían en este tecleador, envió una paciente originaria de la sierra Papanteca para valoración de aumento de volumen en la tiroides:
_¡Quiero que me lo veas, aquí delante del pescuezo tengo un tomor!. Mi duele, mi duele ritihaaaaarto doitor!. Me dijo el doitor que me lo mandó contigo que tu miluibas a curar _Espetó una joven mujer de rasgos indígenas, con su peculiar tonada de voz y su confuso lenguaje producto de la suplantación incompleta gramatical y poco académica, del español, por su dialecto nativo.
De vista rápida se observó aumento de volumen en la región de la tiroides, la piel era rojiza, hinchada y dolorosa a la palpación, datos que apuntaban hacía una inflamación aguda de la glándula tiroides, enfermedad poco frecuente, por lo que pregunté:
_¿Cuantos días llevas con esa inflamación y con el dolor?.
_¡Apenas tres días doitorcito! _Contestó, más sosegada.
_Tienes inflamada tu tiroides. Es una bolita pequeña que tenemos en ese sitio y que a veces crece por falta de yodo en la dieta o por infección, en este caso parece que es por una infección aguda y lo más probable que resolvamos esto con medicamentos. _Informé a la paciente para serenarla al mismo tiempo que palpaba su tiroides
_¡A tá güeno doitor!. ¿Será lo mismito que mi comadrita de mi pueblo tiene dende ance muncho?. Tiene una bolota así de grandotota. _Dijo, haciendo señas con las manos delante de su cuello y refiriéndose al bocio o crecimiento de tiroides que probablemente padece su comadre.
_No, no es lo mismo que tiene tu comadre. _Le dije. _ Tu tienes una infección con inflamación reciente y lo más probable es que con el tratamiento que te voy a indicar tu tiroides se va a normalizar sin que te quede la bola como la de tu comadre.
_Ah, pus eso es lo qui quiero, que me lo cures porque no quiero estar como mi comadre. Pareci guajuloti con su bola –Dijo sonriendo.
_Pero tu comadre no gorgorea como los guajolotes _Comenté y se soltó la carcajada. Y proseguí. _Quiero que me pongas atención, esta inflamación aguda de tu tiroides por el momento no esta alterando su funcionamiento que es lo más importante y sería lo más grave. Parece que no hay ni elevación ni disminución de las hormonas de la tiroides……
_Oye, yo quiero qui mi lo quites el dolor y qui no “simihaga” una bolota como a mi comadrita _Interrumpió la paciente para denotar lo que más le preocupaba, induciendo que la monserga académica que le estaba exponiendo ni la entendía, ni le inquietaba, sino todo lo contrario, por lo que opté en dejar el rollo erudito para otra ocasión. En otras palabras me estaba sugiriendo “ir al grano”. Y así se hizo.
_No te preocupes, te vamos a indicar tratamiento para que se desinflame y que no quede ninguna bola en tu cogote _¿De acuerdo?
_¡Si doitorcito, eso es lo qui quiero! _Remató la enferma.
A esta mujer se le indicó tratamiento con antinflamatorios. Se trataba de una tiroiditis aguda, probablemente de origen viral o inmunológico, no tenía mucha importancia demostrarlo. Diez días después de tratamiento el dolor y la inflamación habían disminuido notablemente y la tiroides había reducido notablemente de tamaño. Le informé que no iba a quedar con la bola como la de su comadre y esto la llenó de gozo que reflejó en su expresivo rostro.
La infección piógena o purulenta aguda de tiroides es una enfermedad rara, en comparación con las infecciones de garganta o de riñones por ejemplo. La tiroides se puede lesionar por virus, o por una reacción inmunológica que inflama la tiroides. Se puede curar por completo o puede ocasionar disminución o elevación en la formación de hormonas tiroideas, que puede ser pasajera, muy raras veces permanente para lo cual por fortuna, se cuenta con tratamientos que permiten un buen control de esas complicaciones.
La tiroides está localizada en la cara anterior del cuello, debajo de lo que se llama la manzana de Adán, en alusión al personaje bíblico que se comió la manzana prohibida y se le atoró en la garganta, aunque después se comió muchas manzanas… entre otras cosas, pues decidió unirse a Eva.
El bocio es el acrecentamiento de la tiroides por aumento de un tejido coloide que le proporciona la consistencia como si fuese de hule. En la mayoría de los casos se desconoce la causa del bocio, puede ser por deficiencia de yodo. No se sabe a ciencia cierta sí una infección aguda como la de esta paciente deja como secuela el bocio. Este hecho permitió poder vaticinar que esta mujer no va a padecer bocio, con un alto porcentaje de certeza. Es lo que más interesaba a la protagonista de este caso clínico a la que tenía sin cuidado si la tiroiditis era subaguda, crónica, de Riedel, Hashimoto, o de De Quervain o si tenía positivos o negativos los anticuerpos antitiroglobulina o antimicrosomales, para ella esto es ciencia-ficción, actitud en la que los médicos caemos en ocasiones para impresionar y apantallar a los enfermos con términos esotéricos y enigmáticos que en nada ayudan a determinados pacientes.