Cardiopatía hipertensiva.

El enemigo número uno, la enfermedad silenciosa, son algunos de los epítetos con los que se ha estigmatizado a la presión arterial alta. Bien aplicada la sentencia nazi: una falsedad repetida un millón de veces, la sociedad la acepta como verdad y dedica gran parte de su jornada diaria a ingerir pastillas para el control de la presión arterial y a comprar aparatos para medirla obsesivamente.

¿Habrá algún fenómeno mediático mercantil para promover el consumo de fármacos y aparatos para medir la presión arterial? “Pueque sí”

Puede que alguno de mis escasos lectores me considere irreverente, irresponsable o un viejo médico desactualizado y amargado, cuyo cerebro ya no da para más, pero me atrevo a afirmar que el terror, si, terror inusitado que mucha gente sana siente apenas su presión arterial rebasa los 120/80, es por demás injusto y exagerado.

Veamos porqué este punto de vista. Es cierto, la presión arterial alta por encima de 150/110, mantenida en esas cifras es, no una enfermedad por si misma, sino un factor de riesgo entre varios, para el desarrollo de insuficiencia cardíaca al desencadenar crecimiento de ventrículo izquierdo por aumento de la masa muscular. A esto se le llama cardiopatía hipertensiva.

Lo que no le dicen abiertamente a la gente es que ese crecimiento de ventrículo izquierdo se produce muy lentamente, en décadas, período durante el cual nos podemos morir por otras causas.

Recordemos que la presión arterial alta se presenta en un 25% de los casos de muertes por paro cardiaco por insuficiencia cardiaca, NO ES LA NUMERO UNO; recordemos que la cardiopatía isquémica es la causa número uno, con 50% de muertes por insuficiencia cardíaca, sin que en este 50% de muertes intervenga la presión arterial, porque en realidad ésta representa un papel menor al pregonado.

El crecimiento del corazón es un proceso normal del envejecimiento, todos los viejos tienen ¿Tenemos quemo sabi? engrosamiento del músculo cardiaco del ventrículo izquierdo y aumento del botón aórtico. Esto se debe a que el ventrículo izquierdo al contraerse para bombear la sangre oxigenada al resto del cuerpo, debe ejercer normalmente una presión de 120 promedio, para vencer las resistencias periféricas arteriales que se oponen al flujo de sangre. Si esas resistencias aumentan, como sucede en la hipertensión arterial, la presión sistólica del ventrículo izquierdo, debe ser mayor a 120, si esa elevación es sostenida durante muchos años acelera el proceso de hipertrofia o crecimiento del músculo cardiaco. Imaginemos a un levantador de pesas con deseos de convertirse en Charles Atlas, debe levantar progresivamente de pocos a muchos kilos para estimular el crecimiento de sus músculos.

Mencionaba que todos los viejos tienen crecimiento cardiaco por hipertrofia muscular y abombamiento del botón aórtico como un proceso normal y tan natural como la luz del sol. Con la edad, las arterias periféricas se van cerrando, esto aumenta las resistencias periféricas y con ello normalmente aumenta la fuerza de contracción del músculo cardiaco y en consecuencia la presión sistólica como un mecanismo de compensación. El músculo cardiaco se hipertrofia también, como mecanismo de compensación.

Los trabajadores del campo, cargadores, atletas y deportistas constantes también tienen ¿Tenemos quemo sabi? crecimiento del corazón tan natural como la vida misma, crecimiento que no representa enfermedad alguna.

¿Por qué hay personas al borde de la locura al decirles que tienen crecimiento del corazón? Porque no se les ha explicado si ese crecimiento del corazón es normal o anormal. La mayoría de las personas que tienen el corazón es o porque son muy bondadosas (raza en extinción) o porque llegaron a viejos o porque son deportistas o hacen trabajos pesados de esfuerzo físico. Es decir, la mayoría de las personas con el corazón grande son normales y un porcentaje reducido es por la presión arterial alta o por alguna otra enfermedad rara como la estenosis aórtica, por ejemplo.

No obstante lo anterior, si a una persona adulta mayor le toman una radiografía de tórax y observan crecimiento del ventrículo izquierdo y botón aórtico aumentado, tanto radiólogos, médicos generales, internistas y cardiólogos, dan por seguro, juran y perjuran que esa persona padece de hipertensión arterial aunque se les informe que nunca han padecido de presión elevada. De hecho, a lo largo de mi trayectoria clínica, he debatido profesionalmente con algunos colegas ante reportes de pacientes sanos, diciendo y afirmando categóricamente: “la tele tórax muestra crecimiento de ventrículo izquierdo y aumento del botón aórtico por CARDIOPATIA HIPERTENSIVA”, en pacientes, demasiado confiados conmigo a quienes he atendido y conozco desde hace más de 40 años y me consta que nunca han padecido de presión arterial alta.

Esta afirmación provoca ansiedad y miedo injustos porque los pacientes piensan que están con un pie en una sala de pompas fúnebres.

Cuando el corazón crece por la presión arterial alta, puede desencadenar la insuficiencia cardiaca y la muerte, el riesgo de este evento es de un 25% y después de 10, 20 o 30 años de padecer presión alta sin vigilancia y tratamiento. Esto no lo saben las personas y por ello viven aterrorizados durante ese lapso. La información que reciben es tendenciosa, exagerada y alarmista, para beneficio no del paciente, sino del médico, ya en lo económico o en el protagonismo médico.

El enemigo uno no es la presión arterial, sino la información médica sesgada que se hace de ella. Y después de todo esto ¿Qué es la insuficiencia cardiaca?