Sobrediagnóstico 3.
Hay un tercer mecanismo de sobrediagnóstico y sobretratamiento: En personas sanas. se buscan enfermedades con mayor obsesión e intensidad.
Por ejemplo, cada vez más se establecen programas de cribado o filtro con lo cual se diagnostican tumores malignos histológicamente, que nunca iban a producir daño físico, es decir, que por los mecanismos naturales de formación de anticuerpos antitumorales, esos tumores están encapsulados en próstata o mama, es decir, nuestras defensas los “mantienen a raya”, siendo inofensivos, al impedirles su crecimiento y su diseminación. Se ha observado que, aunque aumenta la frecuencia de diversos tumores malignos detectados “oportunamente”, no aumenta la frecuencia de mortalidad por esas causas.
Ahora bien, en el momento actual, se está comprobando, pero no se dice públicamente, que el cribado, filtro o las pruebas de detección oportuna de cáncer de próstata, con el popular antígeno prostático, produce más daños graves en comparación a los que no se les hace la prueba y no evita muertes por cáncer ni se prolonga la vida.
Y aún hay más información. En un seguimiento a 10 años de 2000 mujeres con mamografía y 2000 sin mamografía, se encontró lo siguiente: la mortalidad fue la misma en ambos grupos, es decir no aumentó la cantidad de vida, gancho principal para la detección oportuna de enfermedades, la fantasía de aumentar la cantidad de vida. Pero a 200 mujeres del grupo con mamografía se les hizo un falso diagnóstico de cáncer con el daño moral que esto implica y 10 fueron operadas de cáncer de mama sin tenerlo, con extirpación parcial o total de la mama, sin necesidad. (Fuente: Cochrane Database Syst Rev. 2011 Junio 19). Es decir, esta sucediendo lo mismo que con el cáncer de próstata, la estrategia de detección oportuna de cáncer de mama en mujeres sanas, produce más daños que beneficios.
En otras palabras, en forma global o total, las maniobras de detección oportuna de cáncer de próstata y mama, por ejemplo, no están ni alargando la vida ni disminuyendo la mortalidad por esas causas y, en la mayoría de los casos, se producen más daños que beneficios.
Por supuesto y es entendible, en las reuniones académicas de congresos médicos se magnifican con jactancia los escasos resultados exitosos con sobrevida de 5, 10 o 15 años, que los hay, ni duda, pero son los menos, y no se menciona la mayoría de los fracasos y mucho menos, las yatrogenias, los daños médicos producidos en los intentos de aumentar la cantidad de vida ni mucho menos los estragos de la quimio o radioterapia. Tampoco se mencionan que muchos de esos casos “curados” por 5 años o más, se mueren por los efectos de la quimio o radioterapia. Los oncólogos se jactan de que los curaron de cáncer y que esa no fue la causa de la muerte. Lo digo porque me consta, incluso en casos de familiares personales. Los casos clínicos en los cuales se logró beneficio, se neutralizan con las personas sanas a las cuales se les produjo daño.
Tengo a la vista una hoja de información al público del instituto Nacional del Cáncer de USA, haciendo referencia al sobrediagnóstico y exceso de tratamiento propiciadas con las mamografías para detección oportuna del cáncer de mama y dice textualmente: “…las mamografías selectivas de detección pueden encontrar casos de cáncer y casos de carcinoma intraductal in situ, un tumor no invasivo en el que las células anormales, pero no cancerosas, pueden volverse cancerosas, es decir, in situ significa que la mayoría de las veces esas lesiones nunca causarán síntomas ni pondrán en peligro de muerte a la mujer, lo que conduce a un sobre diagnóstico de cáncer de seno. El tratamiento para estos casos y de carcinoma intraductal in situ no es necesario y resulta en un exceso de tratamiento. El exceso de tratamiento expone a la mujer sin necesidad a los efectos adversos relacionados con tratamientos del cáncer….”
¿Alguien ha visto u oído este tipo de información en los espacios de salud en la televisión, la radio o en las decenas de periódicos de cobertura nacional? Yo no. Hoy, el “Dr. Google” nos informa en la red, pero ¿Cuántas mujeres y hombres en edad de padecer cáncer, mayores de 55 años, están preparados para acceder al espacio cibernético? Muy pocos. Y los jóvenes a quienes les ha “encarnado” su celular a las orejas y que tienen adherido el teclado de una computadora a sus dedos, ¿Acceden a este tipo de información para orientar a sus mayores y a ellos mismos? Lo dudo.
De hecho, recuerdo un caso actual. La conocí hace unos seis años con una biopsia reportando CARCINOMA IN SITU INTRADUCTAL, detectado con mastografía y biopsia. Tímidamente, le sugerí que buscara otra opinión respecto a si valía la pena ser sometida a extirpación de mama, quimio y radioterapia. Pudo más el pavor que causa la palabra cáncer y la autoridad académica, no necesariamente ética, que impone un especialista en cáncer, entrenado exclusivamente en esos menesteres: operar y aplicar quimio y radioterapia.
Debo aclarar, esta es una columna periodística de opinión, no es de investigación científica y por tanto, cada lector es libre de tomarla en cuenta o enviarla a la papelera de reciclaje.