Dengue y plaquetas

Mucho daño por ansiedad se produce ante la desinformación de la relación que existe entre dengue y plaquetas.

El sistema de coagulación de la sangre ante una lesión hemorrágica es toda una serie de mecanismos en la que intervienen factores vasculares, las plaquetas y otros factores sanguíneos como la protrombina.

Las plaquetas son esenciales al adherirse al coágulo que tiene a formarse durante el proceso de coagulación. Las plaquetas normales se reportan de 150 mil a 450 mil por milímetro cúbico de sangre. La hemorragia por deficiencia de plaquetas se precipita con cifras menores a 20 mil, dependiendo de otros factores.

Pero es común provocar estados de pánico ante disminuciones leves y de ninguna manera peligrosas como 120, 90 o 70 mil plaquetas.

Una causa frecuente de plaquetas bajas es la cirrosis hepática. En la práctica clínica cotidiana, Kiskesabe observa muchos pacientes con cirrosis y cifras de plaquetas de 90, 70 o 60 mil, sin hemorragia alguna, pacientes que estas festividades decembrinas rinden adoración a Baco sin preocupación alguna.

Pero también existen pacientes al borde de la locura con cifras de plaquetas de 140 mil, tan solo porque la cifra mínima es de 150 mil. Una ligera disminución no representa peligro alguno.

La causa más frecuente de plaquetas bajas observada por Kiskesabe es precisamente la cirrosis hepática, enfermedad más frecuente que otras causas de plaquetas bajas como la falla de la médula ósea para producir plaquetas o la destrucción de plaquetas por complejos inmunológicos y uno de los temores más difundidos es relacionar a las plaquetas bajas con la leucemia, o cáncer de la sangre, muy poco frecuente.

Y OJO: la característica principal de la leucemia no son las plaquetas bajas, sino la elevación de los glóbulos blancos (leucocitos) en la sangre por encima de 50 mil, siendo lo normal no más de 10 mil. Por lo anterior, no hay porque temerle a una disminución de las plaquetas con leucocitos normales. Otras causas de plaquetas bajas son algunos medicamentos de uso común como el diurético furosemida (lasix) los antiinflamatorios no esteroides como el diclofenaco, la ranitidina, sulfas, algunos medicamentos para la presión arterial alta entre otros. La disminución en estos casos es leve, sin peligro y se normaliza al disminuir la dosis o retirar el medicamento.

Y en el momento actual la causa más temida es el “quebrantahuesos” o dengue, virus que puede disminuir peligrosamente las cifras de plaquetas.

Hace poco solicitaron a Kiskesabe la opinión de un caso con fiebre sugestiva de dengue y plaquetas de 40 mil. Conviene hospitalizarse para vigilar esa cifra de plaquetas que puede descender con riesgo de hemorragia. Propuso. Por ciertas reglas de nuestro sistema de salud en el momento actual, en los sanatorios privados es muy complicado transfundir sangre o concentrado de plaquetas a los pacientes. Esas reglas impiden una atención expedita o inmediata ante un paciente con hemorragias graves por lo que Kiskesabe propuso acudir al sistema de salubridad, el que cuenta con mecanismos diseñados para la atención adecuada de estos pacientes con dengue y plaquetas bajas.

Con un certificado médico acudieron al sistema de salud y efectivamente fue admitida de inmediato ante el riesgo de hemorragia. Durante la estancia hospitalaria de ese paciente, las plaquetas descendieron a 30, 23 y hasta 13 mil plaquetas, por fortuna sin presentar hemorragia y se fueron recuperando a 38 y 90 mil sucesivamente con lo que el riesgo de hemorragia se alejó.

Debo aclarar que durante su evolución los glóbulos blancos y los glóbulos rojos siempre fueron completamente normales y no había datos de cirrosis hepática ni crecimiento de bazo o ganglios propios de una leucemia o linfoma, como posible causas raras de plaquetas bajas y la clara recuperación de las cifras de plaquetas prácticamente descartaba la posibilidad de algún cáncer.

Pero no faltó el pelo en la sopa. A ese paciente, después de salir del tremendo susto de las plaquetas bajas, ya recuperadas en cifras de 120 mil, le propusieron realizar una biopsia de médula ósea arguyendo que podría tratarse de una leucemia. Otra vez el terrorismo médico. Sutilmente sugerí que no aceptaran tal proposición, un tanto descabellada ante la evolución satisfactoria de su problema, las posibilidades de leucemia eran poco probables y el dengue ya estaba curado por el sistema inmunológico natural.

Ante puntos de vista diferentes, finalmente son los enfermos quienes deciden. Este sujeto, no aceptó el procedimiento, por cierto no exento de riesgos pues se trata de una punción agresiva y dolorosa en un hueso (esternón o cresta iliaca) para extraer médula ósea.

Si alguna vez le encuentran plaquetas bajas, dependiendo de la cifra, si le proponen biopsia de médula ósea por punción, busque otra opinión, en ocasiones se hacen estudios agresivos sin necesidad y se puede causar más daño que beneficio.