Transmisión del SIDA. 6

Allá por 1984, nos inculcaron que el SIDA era propio de homosexuales, sobre todo cuando Rock Hudson, aquel actor “papucho de papuchos” para las adolescentes de aquella época, salió del ropero y declaró públicamente que era homosexual y que padecía SIDA. ¡Oh decepción!

A partir de ahí empeoró peligrosamente la homofobia y la confusión social.

Conviene saber cómo se trasmite el virus del SIDA con el fin de comprender su prevención y evitar la homofobia, pues finalmente los homosexuales forman parte del fenómeno humano y merecen tolerancia y respeto como cualquier ser humano.

Ciertos fluidos: sangre, semen, fluido preseminal, secreciones anales y vaginales y la leche materna de una persona infectada por el VIH, puede trasmitir el virus. Con estos datos podemos inferir, que la trasmisión no es exclusiva de los homosexuales ni son los únicos que pueden ser infectados con ese virus.

No hay porque estigmatizar a los homosexuales porque además, no todos tienen el virus y obviamente no todos mueren de sida. En los Estados Unidos, las relaciones sexuales anales son la conducta de mayor riesgo. Y tiene más riesgo el homosexual pasivo o receptivo o “el de abajo”, por los desgarres de la mucosa del recto que es frágil y facilita la invasión del virus eliminado en el semen. El homosexual que la hace de hombre, es decir, el activo, o el de arriba, tiene menos riesgo de contagiarse.

El término activo, se refiere a la postura empleada por el homosexual que penetra anal u oralmente al otro homosexual. El activo, puede convertirse en pasivo, cambia de posición y se le llama versátil. Es posible que el activo, no se convierta en pasivo. Por lo anterior, el activo a través de la historia sufre menos persecución que el pasivo, incluso los vikingos activos violadores, eran aplaudidos por su acto de “virilidad” y los pasivos eran humillados.

Y el lenguaje homosexual se ha enriquecido pues al activo en México se le llama mayate en alusión al escarabajo de color verde que empuja una bola de excremento. En Uruguay se le llama bufarrón y en Perú cacanero, en Ecuador picañona. En España jocosamente al activo se le llama sopla-nucas y al pasivo, muerde-almohadas.

Las relaciones sexuales vaginales, es decir “las auténticas sexuales”, ocupan el segundo lugar en riesgo de transmisión del VIH. Se dice auténticas relaciones sexuales porque son entre hombre y mujer. Si es hombre con hombre en realidad, no es completamente sexual, es “hemisexual”, el ano no es anatómicamente sexual.

Las relaciones sexuales y homosexuales con muchas parejas, siguen en el riesgo de infectarse del virus. Compartir agujas, jeringas, contaminadas es otro medio, por lo que es frecuente en drogadictos. Recibir transfusiones de sangre contaminada. Este medio de contagio ha disminuido ante las medidas preventivas más estrictas en las transfusiones de sangre o sus productos.

No se contagia por la saliva, sudor o lágrimas, ni por mosquitos, ni por compartir platos, el saludo manual o los besos en la mejilla.

Los trabajadores de la salud tienen bajo riesgo de contraer el virus por contacto con infectados. La ignorancia de algunos médicos exacerba su homofobia y se convierten y se especializan en médicos legistas, consultan a los homosexuales y a los enfermos de sida, de lejos, por temor a contagiarse.

Feromona deriva del griego pherein= llevar o transportar y hormón= excitar, estimular, impulsar, mover, provocar. Las feromonas son sustancias químicas secretadas por los seres vivos y recibido por otros, en el cual provocan una reacción específica con diversos objetivos: de dispersión, de alarma, de rastro como los caminitos de las hormigas, delimitación territorial como las micciones de los perros, y uno de ellos es el apareamiento sexual en los mamíferos, notable en perros, equinos y bovinos. No es bien claro este fenómeno de las feromonas en los humanos, entre hombre y mujer, mucho menos entre hombre y hombre y entre mujer y mujer. Es decir no se puede alegar, un factor hormonal en la atracción homosexual.

No está por demás reflexionar al respecto, aunque finalmente, debemos respetar lo que cada individuo hace con su cuerpo, en tanto se respeten los derechos de un tercero. Lo escribo para que lo sepan, no para que me crean.