El paciente indigesto.

La indigestión o “molestia en el estómago”, es una de las causas más frecuentes por las que el enfermo acude a consulta médica. Este síndrome (conjunto de signos y síntomas) tiene varias formas de manifestarse: dolor, digestión laboriosa no ulcerosa, aerofagia, “aventazón” o meteorismo, entre otros.

Hay pacientes que por las características inespecíficas de su sintomatología, indigestan a los médicos por la dificultad que exhiben para establecer un diagnóstico preciso y por tanto un tratamiento efectivo. Estos pacientes se transforman en verdaderos gitanos de hospitales y consultorios. Los gitanos son el prototipo de los pueblos nómadas o vagabundos.

DISPEPSIA significa digestión laboriosa, imperfecta o dificultosa. Innumerable enfermos se quejan de síntomas que sugieren úlcera en estómago o duodeno, por lo que han sido sometidos a estudios de endoscopias, radiografías de estómago, sin demostrar la supuesta úlcera y aún así, han recibido tratamientos con antiulcerosos considerados como efectivos (losec, pantozol, ranitidina, ulsen, etc.) o bien han sido sometidos a tratamiento carísimo y prolongado para la bacteria de moda en estómago, el Helicobacter pylori, sin respuesta alguna. Estos casos corresponden a la llamada DISPEPSIA NO ULCEROSA, secundaria a una disminución de la movilidad del estómago y el duodeno y a la ingestión abundante de alimentos de difícil digestión, abundantes en grasas o en condimentos muy irritantes como como el chipotle y otros chiles colorados, muy utilizados en nuestra apetitosa y rica comida tipo mole o adobado. La mayoría de las veces basta con sensibilizar y educar al enfermo para modificar estos hábitos de alimentación y prescribir algún medicamento con el objeto de aumentar la movilidad del estómago para resolver este problema.

AEROFAGIA significa comer aire. También es frecuente observar enfermos quejándose de eructos crónicos, repetitivos e incontrolables, limitando la tranquilidad emocional por la aflicción que les causa durante la relación con otras personas. Los pacientes por lo común, atribuyen los eructos a úlcera del estómago por lo que han recibido múltiples tratamientos sin respuesta. Se ha observado que cada eructo va precedido de una deglución de aire involuntaria e imperceptible para el sujeto, este aire, en su mayor parte desciende parcialmente por el esófago y enseguida se regurgita sin llegar al estómago como el paciente cree. Los eructos excesivos se deben a aerofagia o deglución de aire y no a la producción excesiva de gas en el estómago como se piensa. En las personas normales existe un cierto grado de aerofagia, pero algunos individuos tragan aire en exceso por ansiedad crónica, hecho que pocos pacientes aceptan como válido, desconfían de esta posibilidad y ellos mismos insisten en que deben tener una úlcera o gastritis. La ingestión de alimentos apresuradamente, consumo de refrescos gaseosos o utilizando popotes, mascar chicle, son otras causas de aerofagia y eructos. Dos o tres eructos después de las comidas son normales. En algunas comunidades del sureste del país, el eructo después de comer ante una invitación, es una manifestación de satisfacción del anfitrión, significa que al invitado le agradó la comida.

FLATULENCIA O AVENTAZON es otra queja frecuente. “Médico, estoy aventado, siento que el vientre me revienta de gas”. Es una frase común de muchos enfermos para indicar que su vientre les aumenta como consecuencia de acentuación del gas intestinal, según su entender. “Ya no me aguanto ni yo mismo de tantos gases que expulso”, dicen otros para indicar que expulsan abundantes gases por el recto también conocidos como: ventosidades, flatos, plumas, regüeldos, jactancias, emisiones, penas, bufas, nostalgias o tristezas, nombres diferentes de los folclóricamente denominados “pedos”. Esta queja es muy común. Se atribuye a los inofensivos quistes de amibas y otros parásitos o infecciones, por lo que muchos de estos sujetos han recibido innumerables tratamientos con metronidazol y otros antiparasitarios, obviamente, la mayoría de las veces sin mejoría definitiva. La principal anomalía causante de la sensación de aventazón, no es el aumento de gas intestinal, sino una disminución de los movimientos del intestino delgado y grueso que hace que el sujeto perciba dolor o aventazón con un volumen de gas normal. Otros pacientes, pueden tener la motilidad intestinal normal, pero muestran una respuesta excesiva a los impulsos procedentes del intestino. Ambos contextos son frecuentes en personas muy ansiosas o sometidas a estrés emocional que descontrola el sistema nervioso, coordinador por excelencia de la motilidad intestinal. Basta una orientación al respecto de manera que el enfermo comprenda la influencia del estrés, disminuir o eliminar los alimentos que a cada paciente en particular, le produzcan mayor cantidad de gas, como los frijoles, huevos o prescribir algunos medicamentos que regulan la motilidad digestiva, para mejorar la aventazón. Cuando menos, con una buena orientación, el sujeto entiende la causa de sus ventosidades y aprende a expulsarlas discretamente, sin violar las reglas de etiqueta que rigen las relaciones humanas y sin ser descubierto.

La mayoría de estos gitanos pacientes han sido sometidos a múltiples estudios, caros unos, peligrosos otros, sin poder comprobar o demostrar fehacientemente, el origen de su indigestión o de sus flatos, lo que les produce temores y aumento de la ansiedad, convirtiéndose en un circulo vicioso de angustia que produce indigestión, indigestión que aumenta la ansiedad, sin encontrar remedio alguno que los deje satisfechos.

Son pacientes indigestos que indigestan a los médicos, incluyendo, por supuesto, a este lenguaraz tecleador, que cuarenta años después todavía se le permite ejercer la profesión de matasanos.