Crisis hipertensivas falsas.

Una verdadera crisis hipertensiva es aquella que se acompaña de elevación sostenida de la presión arterial por encima de 210/120. Este término solo indica la detección de una elevación de las cifras de presión arterial, más no indica la gravedad de un enfermo. Por lo anterior, en la práctica cotidiana el término CRISIS HIPERTENSIVA se presta a confusión y engloba a las elevaciones tensionales agudas sin peligro alguno, así como a las verdaderas emergencias hipertensivas.

En otras palabras, si la mayoría de los casos con presión arterial elevada por encima de 210/120 no son graves, mucho menos lo son aquellos con presiones arteriales por debajo de 210/120. No obstante lo anterior a todos los casos ligeramente por encima de 120/80, los etiquetan como graves.

_Hola Doc Kiske, es la primera vez que lo veo, soy “interpenso”, estoy en tratamiento con muchos medicamentos, leí su columna del viernes 13, donde habla de las crisis hipertensivas y creo que mi caso es igualito a lo que usted escribe.

Era un hombre, frisando los 60, parsimonioso, lento en su hablar, su rostro inexpresivo. Creo que así es su temperamento y carácter.

_Discúlpeme. Antes de seguir quiero que me aclare: ¿usted se llama Inter Penso o es hipertenso, es decir, se le sube la presión arterial? _Pregunté.

_Pus, no sé si me sube o me baja pero en el hospital me dicen que soy “interpenso” y vengo con usted para que me dé su opinión.

Seguramente lo que este hombre quiere decir es que es hipertenso, de hipertensión arterial, pero para fines discrecionales, puesto que no me ha dado su nombre, aquí lo vamos a bautizar con el nombre de Inter Penso.

Me proporcionó un documento oficial, con fecha de un año antes, en el cual se especificaba que estuvo 24 horas en urgencias de un hospital, al cual se presentó con cefalea y mareos ligeros, le encontraron 150/100 y con diagnóstico de CRISIS HIPERTENSIVA, así esta escrito, le colocaron dos tabletas debajo de la lengua, le aplicaron una ampolleta intravenosa de furosemida, le colocaron oxígeno en la nariz y 24 horas después lo dieron de alta con presión arterial de 130/80 y la prescripción de losartán 50 miligramos dos tabletas y metoprolol de 100 miligramos al día de por vida. Ah y también le prescribieron una deuda de varios miles de pesos en su tarjeta de crédito. Se especifica en la misma nota que los estudios generales de sangre, una radiografía de tórax y un electrocardiograma son normales y también se aclara que NO HAY daño alguno en cerebro, corazón o riñones.

Lo sometí a un riguroso interrogatorio médico y exploración física y solo encontré que era sano y hace un año, acudió a consulta con cefalea y mareos, unas horas después de tener un altercado por un leve accidente de tránsito por un roce con otro vehículo sin ninguna lesión física corporal.

Su presión arterial, en el momento de la consulta actual, era baja para sus 60 años, 95/60 con frecuencia cardíaca también baja, de 60 latidos por minuto, siendo lo normal promedio de 80. Concluí que estaba intoxicado con los medicamentos para bajar la presión y uno de los efectos nocivos es bajar la presión arterial, así como la frecuencia cardiaca, debilitar el corazón y disminuir el bombeo efectivo cardiaco.

_Don Inter Penso, le tengo una buena noticia. _empecé a informar. _Creo que usted no es hipertenso y en este momento está pasado de píldoras. Esto explica porqué lo noto lento en su hablar y un tanto confuso en sus respuestas cuando le pregunté su nombre.

_Vamos a hacer lo siguiente. _continué. _ Disminuiremos la dosis de los medicamentos y solo seguirá tomando la mínima dosis de uno de ellos. Vigilaremos su presión arterial para que su cuerpo nos diga si necesita o no medicamento. Yo creo que no.

Don Inter Penso aceptó el trato, a la semana eliminamos por completo los medicamentos y seis meses después con 10 mediciones de la presión arterial, con cifras normales sin ingerir medicamentos se dio de alta. No era hipertenso, pero no dejó de ser Inter Penso.

Durante un año sufrió de un diagnóstico de FALSA URGENCIA HIPERTENSIVA, es decir, de alteraciones tensionales producidas en su mayor parte por estados de ansiedad o estrés físico, emocional o económico. Incluso a este hombre se le etiquetó como hipertenso y crisis hipertensiva sin haber encontrado nunca una presión arterial por encima de 150/110, límite superior normal, mucho menos por encima 180/110, requerido para certificar una crisis hipertensiva.

         Lo escribo porque lo veo. Sin intentar agraviar a nadie, sino para orientar a los enfermos.