Reacciones de un diabético.

Existen protocolos de estudio y tratamiento médicos, repetidos hasta la saciedad en libros y revistas de medicina y ahora en la red.  No obstante, la mayoría de los médicos repiten en cada consulta y hasta el hartazgo ciertos lineamientos fuera de lugar: no coma azúcar, no carnes rojas, no sal, no grasas, no refrescos, no pasteles, no tortillas, no pan. No esto, no lo otro. Los enfermos quedan pasmados, mejor dicho, “apendejados” para vivir ante tanta prohibición.

Ninguna guía médica prohíbe esto a los diabéticos o hipertensos. En realidad recomiendan moderación.

Parece ser que la mayoría de los médicos utilizan estas prohibiciones para demostrarle a los enfermos que ellos, los médicos, son los que  si saben y por tanto los que ordenan y mandan sin cuestionamiento alguno.

Supuestamente, los médicos debemos proporcionar bienestar físico y emocional, la mayoría se obsesionan en mejorar el bienestar físico  y empeoran el emocional.

Las primeras acciones ante un nuevo diabético bien definido, con mucha sed, mucha orina, baja de peso y azúcar mayor de 200 miligramos son, controlar esas alteraciones metabólicas lo cual es relativamente fácil, basta con prescribir los medicamentos adecuados y en pocas horas el enfermo notará el beneficio y el bienestar físico y emocional.

En estos casos no es necesario medir la hemoglobina glicosilada, mucho menos la prueba de tolerancia a la glucosa, dizque para estar seguros del diagnóstico.

Uno de los aspectos más descuidados en la atención a los nuevos diabéticos es el contexto social y emocional. Las reacciones emocionales ante la noticia de padecer diabetes pueden ser catastróficas.

_¡No. No puede ser, esto no tiene porque pasarme a mi! Yo he cuidado mi alimentación. _Me dijo un diabético. Es una expresión de negación, frecuente, externada por enfermos diabéticos al decirles la noticia. La negación como defensa temporal, permite amortiguar el dolor ante una noticia inesperada.

_¿Porqué a mi? Esto no es justo. ¿Qué chingaos he hecho para que me de esta cochina enfermedad?. _Le oí decir, furioso a otro paciente.

Esta es la ira o el encabronamiento, que junto con la negación impiden que el paciente se cuide a si mismo y que pueda ser ayudado por sus seres queridos. Sienten rabia y envidia de las personas sanas.

De lo anterior, surge la importancia de analizar y reflexionar acerca del contexto familiar, social y emocional del enfermo y su enfermedad. Es decir, cómo ve, cómo siente, cómo vive, cómo sufre la persona ante una mala noticia. Debemos ponernos los zapatos del enfermo para poder ayudarlos a enfrentar la realidad. Esta es la empatía, esencial para encauzar a los enfermos.

_Ya me decidí, cuando menos a cuidarme de mi diabetes para ver a mis hijos casados y saber lo que es tener nietos.

Expuso un paciente, después de algunos meses de saber de la diabetes y haber pasado por la negación y la ira. Ya estaba negociando el problema con el fin de, cuando menos prolongar su existencia y así satisfacer ciertas expectativas de su vida.

_¡La neta! Doc Kiske, yo con esta enfermedad, mejor prefiero morir, yo no quiero vivir y verme ciega como mi vecina o tener que dializarme. Ya no tengo ganas de nada

Dijo llorosa una adulta mujer, con diabetes de reciente inicio. Esta es otra faceta, la depresión y desesperanza evidente, con frecuencia en los diabéticos y otros enfermos con enfermedades de pronóstico grave como el cáncer.

_Ya entendí que cuidándome un poco, logro controlar el azúcar y me siento bien. Ya me tocó y si mi diabetes no se cura, cuando menos la voy a vencer y no me voy a dejar vencer por ella.

Esta es la fase de resignación, del prefijo re= hacia atrás, signare= hacer una seña y el sufijo ción= acción y efecto. Viene del latín resignare= entregarse. En esta fase puede desaparecer el sufrimiento y la persona acepta la vida como viene.

Estas cinco etapas de negación, ira, negociación, depresión y aceptación, descritas por la tanatóloga Kübler Ross, quien las aplicó a personas con enfermedades en etapa terminal, también se aplican a otras enfermedades como la diabetes o el infarto cardíaco y a cualquier pérdida: divorcio, empleo, libertad, y otras.

Cada persona es diferente y algunas presentan las cinco fases en ese orden, pero no necesariamente. Otros enfermos pueden presentar algunas etapas o ninguna o pueden salir de una y regresar a otra en distintos momentos y en diferente orden.

Conviene buscar ayuda emocional si se estancan, por más de 6 o 12 meses en la negación, la ira o la depresión, pues la calidad de vida emocional con estas etapas es muy mala.

     Y a los médicos, nos conviene interesarnos en esta faceta del tratamiento de los enfermos diabéticos, con el fin de mejorar la calidad de su atención y en consecuencia mejorar la calidad de vida de los enfermos.