Orientación renal.
Un paciente bajo tratamiento de diálisis peritoneal, solicitó OPINIÓN con el objeto de saber si había sido correctamente indicada y si debía seguir con el procedimiento o debía retirarlo. Casi, casi, me pidió calificar al, o los médicos que decidieron el procedimiento. Tremendo compromiso en el que me involucró.
Compare el lector, a los riñones como un filtro de gasolina o de aceite, permiten el paso de estos derivados del petróleo pero retienen partículas grandes de residuos metálicos o impurezas. De no hacer los cambios de dichos filtros con determinada frecuencia se obstruirán y el automotor empezará a fallar.
La diálisis peritoneal es un procedimiento terapéutico indicado en los pacientes con lesión renal tan severa que pierden la capacidad de filtración para formar la cantidad suficiente de orina en 24 horas (promedio un litro) y eliminar sustancias tóxicas como la urea y creatinina, las cuales se elevan en la sangre cuando los filtros renales se obstruyen. Esto es lo que se llama INSUFICIENCIA RENAL CRÓNICA O UREMIA. La causa más frecuente de insuficiencia renal crónica es la diabetes, entre otras, que produce obstrucción de los filtros renales después de diez o quince años de evolución.
Existen ciertos datos clínicos y de laboratorio para decidir si los enfermos de insuficiencia renal ameritan o no la diálisis. Los más importantes son los síntomas y signos o molestias del enfermo como retención de líquidos, cantidad de orina en 24 horas, presencia de síntomas de intoxicación por urea, presencia de síntomas de anemia, en correlación con los datos de laboratorio, principalmente elevación en sangre de urea y creatinina, ácido úrico, y disminución de hemoglobina, entre otros parámetros de laboratorio.
Decía que el cuestionamiento de este paciente era comprometedor ya que me planteó su dilema cuando ya el procedimiento estaba en función. Lo más razonable es buscar otra opinión antes de iniciar el tratamiento para decidir cual es el momento ideal para empezarlo. De todas formas, solicité que midiera la cantidad de orina normal formada por los riñones en 24 horas. Recolectó un litro, cifra dentro de lo normal. Los límites son de 800 a l500 ml. Este es un dato crucial para la toma de decisiones. También se indicó medición de urea y creatinina en sangre y la cifra de hemoglobina para valorar el grado de anemia, frecuente en estos casos.
En el momento de la consulta la paciente se sentía bien, estaba libre de molestias incapacitantes, por eso dudaba en seguir con el procedimiento. Los estudios de laboratorio mostraron anemia con 9 gramos de hemoglobina, la creatinina estaba elevada a 7 mg (normal l.2) la urea en l60 mg (normal 50). No había duda que sus riñones estaban fallando como filtros. Además un ultrasonido de riñones reportó que estos eran muy pequeños (atróficos), dato que confirmaba una severa lesión renal crónica (de muchos años de evolución), irreversible y por tanto incurable.
Probablemente la causa de la lesión de riñones en este sujeto fue una enfermedad llamada glomérulo nefritis crónica, cuya evolución es silenciosa y se manifiesta hasta que está muy avanzada.
El diagnóstico que justificaba la diálisis estaba confirmado y era cierto. No obstante, el enfermo deseba saber si continuar con el tratamiento y si había sido iniciada correctamente. En otras palabras, me solicitaba calificar la decisión de haber iniciado el procedimiento.
Sugerí seguir el procedimiento de diálisis con base en los datos previos. Sería muy complicado retirarlo algún tiempo, sabiendo que más tarde tendría que reiniciar el procedimiento.
Es posible, que si en el momento actual la cantidad de orina formada por el riñón es normal, pudo haberse retrasado la iniciación de la diálisis e intentar controlar la enfermedad con tratamiento médico antes de la diálisis, lo que no se hizo. No obstante, mas tarde la diálisis sería necesaria.
De todas formas, en estos casos, la diálisis debe retardarse lo más que se pueda y debe indicarse cuando los medicamentos no controlan las molestias clínicas ya que la diálisis tiene sus complicaciones, algunas veces más serias que el grado de enfermedad para la que fue diseñada.
Parece que a este enfermo le faltó mayor orientación en cuanto a las indicaciones, riesgos y beneficios de la diálisis.
Primero no dañar, regla de oro en medicina, para bien de los enfermos.