Cuidado al medir la presión arterial.

Una mañana entró al consultorio una mujer de unos 50 años de edad, en su rostro reflejaba gran ansiedad, preocupación y hasta miedo. Opté porque ella iniciara la entrevista libremente. Sin presentarse por su nombre y sin darme tiempo a que yo la interrogara respecto a su identificación se sentó frente a mí y rápidamente explicó:

_Dr. Kiskesabe. Vengo muy preocupada Dr. Había dejado de venir a consulta con usted porque me había sentido bien. Hace como seis meses dejé de venir. Usted me vió por un problema de dolor en la boca del estómago y me dijo que era por una colitis nerviosa, me dio tratamiento y mejoré.  Me consultó como tres veces. ¿Qué ya no se acuerda de mí?. Pero ahora vengo muy espantada por que me dijeron que padezco de la presión, que la tengo muy alta y que acudiera con un médico o un cardiólogo porque en cualquier momento me puede dar un infarto o una embolia. Por favor doctor dígame, ¿Cree que me pueda suceder esto?. ¡Tengo mucho miedo! Es que tengo dos hijos chicos y ¿Qué va a ser de ellos sin mí?.

Sin tomar en cuenta de quien se trataba, omití la iniciación habitual de una consulta: identificar al paciente preguntando su nombre, dirección, quien la envía, datos que a ella le hubieran “importado un comino” por la ansiedad que manifestaba y procedí a tomarle la presión de inmediato con el fin de seguir el lineamiento trazado desde su llegada.

_ Vamos a ver como está su presión arterial, por el momento no parece que la tenga muy alta _ Adelanté tratando de calmarla._ ¡Ya está!. En este momento tiene 130/85, su presión está completamente normal. Ya lo confirmé en tres ocasiones. No hay ningún peligro de embolia en su cerebro ni de infarto de su corazón. Cálmese y cuénteme porque está tan desesperada.

_¿Cómo que la tengo normal?  ¡Si hace dos horas me dijeron que la tenía muy alta!. Aquí tengo anotado, mire. Usted me recomendó hace mucho que cada vez que alguien me midiera la presión que la anotara en un papel y mire, dice 160/110. ¿Es muy alta, o no?._Dijo la paciente un tanto desconcertada por lo diferente de las cifras, para ella, en tan poco tiempo.

_Me da la impresión de que no me cree que la tiene normal. ¿Desea tenerla alta?

_No, doctor. Lo que pasa es que como es posible que la tenga normal si no tomé ninguna medicina.- Alegó la paciente aún un tanto sorprendida

_Por favor explíqueme: ¿Quién le midió la presión arterial y le informó que es muy grave?

_Una enfermera de las que andan por las casas midiendo la presión.

_¡Ah vaya! _Exclamé. Sorprendido. _Ya está más claro cual es su problema. ¿Es la primera vez que le sube la presión o ya otras veces se le ha elevado?

_No, doctor. En las otras veces que usted me vió, me dijo que estaba bien de la presión. Eso lo recuerdo muy bien. Por ahí ha de tener mi expediente.

_Efectivamente. Usted acudió a consulta en tres ocasiones y sus presiones arteriales fueron de 130/80, 140/85 y 120/75. _Confirmé a la paciente después de revisar su registro clínico. _ Estas cifras son completamente normales. No habiendo antecedentes de elevación de la presión arterial, no tiene usted porque preocuparse por el hecho de haber encontrado la presión de 160/110 en una ocasión, tomando en cuenta además, que en un adulto normal, la presión arterial puede variar normalmente de 90/50 hasta 150/110, o incluso más de esta cifra, y la cifra de la enfermera está en el límite superior normal.

_Entonces ¿Qué pasó?. ¿Qué debo hacer?. Yo tengo mucho miedo de lo que me dijo la enfermera. ­_Insistió la paciente con menos angustia.

_Bien. Voy a tratar de explicarle lo que pienso de su presión arterial. _Le insinué. _ Si su presión arterial ha sido normal, como nos consta a usted y a mí, no debe temer nada por una cifra diferente, pero dentro de lo normal, en forma aislada. Para establecer el diagnóstico de presión arterial alta (hipertensión arterial) debe haber varias elevaciones sostenidas. Si su presión se cambió espontáneamente dos horas después, significa que no es sostenida y si no se mantiene elevada, quiere decir que no es grave. Que su cuerpo la normalizó y la protegió. Pero también pudo suceder que la enfermera se haya equivocado al medir la presión, en ocasiones no se coloca bien el brazalete y esto puede dar falsas elevaciones. ¿Cuántas veces le midió la presión la enfermera?. _Pregunté, para confirmar un detalle muy importante en la valoración de la presión arterial.

_Solo me la tomó una sola vez y nada más. _Contestó con más confianza y seguridad.

_¡Correcto!. Parece que ya está más clara la explicación de su presión arterial. _Le solté, tratando de darle mayor tranquilidad.

_La presión arterial se puede encontrar elevada en forma aislada  en diversas circunstancias que se consideran variantes normales, como por ejemplo el estrés o ansiedad del enfermo al medirle la presión, que puede provocar elevación transitoria, sin importancia y sin peligro alguno. Esto es lo más probable que haya sucedido con usted. Pero existen ciertos requisitos técnicos que deben cumplirse al medir la presión arterial: Debe hacerse por lo menos dos o más lecturas básicas durante la entrevista según criterio de quién la mide. Durante la medición de la presión el paciente no debe hablar ni hacer ningún esfuerzo, la colocación del brazalete, la velocidad con que se vacía el aire, la posición del estetoscopio en el brazo, y otros factores influyen en las cifras de la presión arterial. Si la persona que le midió la presión no cumplió con la mayoría de estos requisitos, puede reportar cifras falsas de presión arterial.

_¡Pero, debe saber algo muy importante todavía!_ Continué mi exposición._ Desde el punto de vista ético profesional los paramédicos entre los que se cuenta a las enfermeras, no están autorizados para establecer diagnósticos médicos y pronósticos tan graves como el que a usted le dijeron ya que no han recibido el entrenamiento completo de estudio diagnóstico, pronóstico y tratamiento de las enfermedades que aquejan a la humanidad. ¡Si nosotros los médicos tenemos inmensas limitaciones, nos equivocamos, aún con muchos años de estudio y de ejercicio profesional!. ¿Cómo puede ser confiable una opinión tan drástica de una persona de muy buena fe, como la que a usted le midió la presión arterial, pero que no cuenta con entrenamiento médico integral?. No se trata de descalificar lo que esa persona hizo al medirle la presión, pero en realidad no le ayudó, la alarmó injustificadamente. Debió sugerirle que la valorara un médico sin exteriorizar opinión alguna. De ahora en adelante usted decide si acepta que cualquier persona le mida la presión y si toma en cuenta su opinión, usted debe elegir en quien confiar. _Finiquité.