Derrame de bilis.

Una cariñosa madre llevó a su “niño” a consulta con un médico internista, el Dockiskesabe.

_Doctor, le traigo a mi niño para que le dé una “checada”. Le da dolor en la “boca del estómago”. Se puso amarillo de los ojos. Pero no sé por qué se le derramó la bilis. Hace 10 años que lo operaron de la vesícula, tenía piedras. De esa operación quedó bien. Ya no le había dado dolor. Aquella vez se puso grave. Lo operaron de urgencia.

De esta forma presentó a “su niño” una cariñosa madre. Lo que llamó la atención es que, hacia 10 años lo habían operado de vesícula. Los cálculos de la vesícula son muy raros en jóvenes. Generalmente son más frecuentes en mujeres obesas, de los 30 años en adelante, que han tenido uno o dos embarazos. Pero hay sus excepciones. Este caso podría ser una de ellas. En realidad “el niño” resultó ser un fornido joven bigotón de 40 años de edad. Para muchas mamás, los hijos nunca crecen. Siempre serán niños.

_Por favor, dígame cuanto tiempo lleva enfermo y con qué molestias empezó y cuales son las que tiene en el momento actual. _Solicitó el internista directamente al joven.

_Llevo como ocho días con dolor intenso como si fuera de la vesícula, pero como ya me operaron, yo creí que era el estómago. El dolor es fuerte. Me hace retorcerme en la cama. Me provoca vómito. Luego al siguiente día noté que se me pusieron amarillos los ojos y empecé a orinar oscuro, como café negro. Así me puse hace 10 años que me operaron de la vesícula. Hace ocho días consulté a un doctor. Me vió y me dijo que podría ser hepatitis. Me dijo que si ya estaba operado de la vesícula, no podría ser por esa causa. Me solicitó unos estudios de laboratorio. Me dijo que para él se trataba de hepatitis. Me mandó una bolsa de dulces y unos medicamentos pero el dolor me sigue. Ya llevo ocho días y sigo igual y estoy peor. Ya estoy más amarillo.

Con estos datos el especialista exploró al paciente, corroborando el derrame de bilis notable en la piel y en los ojos. El hígado estaba crecido y doloroso, había fiebre de 38 grados y las bilirrubinas estaban elevadas hasta 15 miligramos. Las pruebas de hepatitis eran ligeramente elevadas pero no encajaban en el diagnóstico de hepatitis. La causa de este derrame de bilis para Kiskesabe, era un problema más serio y así explicó al enfermo y su angustiada madre:

_No es por llevar la contra al colega que le dijo que este derrame es por hepatitis. _Aclaró con mesura el internista. _Por los datos mencionados, me inclino a pensar que el derrame de bilis es nuevamente por cálculos……

_¡Pero como Doctor!. _Interrumpió incrédula su madre _¡Si ya lo operaron de la vesícula, como puede ser que tenga cálculos, si hasta nos los dio el cirujano que lo operó! _Remató la angustiada madre.

_¡Por favor, tome las cosas con calma, no esta en tela de duda la calidad y honestidad del cirujano que lo operó! _Intervino el internista al notar el conflicto emocional de la ansiosa madre _Le explicaré. _Kiskesabe utilizó una lámina anatómica con la vesícula, hígado, páncreas y vías biliares para hacerse entender con la mayor claridad posible y continuó:

_Los cálculos se forman la mayoría de las veces en la vesícula y muy raramente en los delgados conductos que conducen la bilis desde el hígado hasta el intestino. Esto puede suceder varios años después de extirpar la vesícula en algunos sujetos que tienen la bilis muy espesa (bilis litogénica) con tendencia a formar cálculos. La extirpación de la vesícula no corrige ese defecto químico de la bilis. Tampoco el cirujano que lo operó puede corregir este desperfecto químico interno. ¡Me gustaría equivocarme!. _Continuó su explicación el galeno. _De confirmarse la presencia de cálculos, hay que operar de urgencia ya que existen datos de infección bacteriana en hígado (colangitis ascendente) y esta puede ser muy peligrosa ya que el hígado es unos de los órganos vitales y muy sensible a las infecciones por bacterias, mucho más que a la infección por virus para los cuales tiene más defensas. Un ultrasonido nos puede aclarar rápidamente este dilema.

_¡Ay doctorcito!. ¡Ojalá se equivoque usted!. ¡No quiero que mi niño se opere de nuevo!. _Espetó la abnegada madre.

_¡Pues récele al santo de su devoción para que logre que me equivoque!. _Dijo Kiskesabe, que nunca ha creído en milagros.

Nunca se supo a que santo le rezo la madre, lo que si es cierto es que no fue el adecuado para estos menesteres ya que el radiólogo reportó sin lugar a dudas la presencia de cálculos en los conductos biliares, tal como el internista había explicado al paciente. ¡Había que reoperar!.

En estos casos operar nuevamente abriendo el abdomen es sumamente complicado por las cicatrices y adherencias de la cirugía previa. Sin embargo, los avances tecnológicos, han permitido que estos asuntos raros se logren resolver sin necesidad de abrir nuevamente el abdomen por lo que el internista sugirió a este paciente trasladarse a otra ciudad para extraer los cálculos  por medio de endoscopía introduciendo un tubo por esófago, estómago, duodeno, en esta porción del intestino desemboca el conducto donde se encuentran los cálculos, el endoscopio se introduce en ese conducto y de esa forma se extraen los cálculos sin necesidad de bisturí. ¡Se dice fácil¡. Este procedimiento se llama: COLANGIOPANCREATOGRAFIA ENDOSCOPICA RETROGADA, término científico que por el momento solo sirve para apantallar a los lectores y presumir a los mismos que este humilde tecleador de vez en cuando se informa de las novedades de la medicina moderna

  Posteriormente recibí información de este paciente: le efectuaron ese apantallador procedimiento, no fue posible resolver su problema. Lo operaron nuevamente como las primera vez, a cielo abierto. Tampoco se resolvió. Sigue con los cálculos atorados en el conducto. Tiene una sonda que drena la bilis hacia el exterior. Hay una pregunta en el aire: Los que asumieron la responsabilidad de operar, ¿son expertos en este tipo de problemas o el caso es de alta complejidad para su solución?.

En muchas ocasiones desconocemos el desenlace de nuestros casos clínicos, nos perdemos de un nuevo aprendizaje, este es uno de ellos. Le perdí la pista al enfermo. Pero me dejó una gran enseñanza.