Ansiedad cardiológica excesiva 11.

La palabra cáncer y la etiqueta de alguna enfermedad cardiovascular como hipertensión arterial o angina de pecho, para muchas personas significan sufrimiento físico doloroso, prolongado y muerte para el cáncer y muerte inminente para los etiquetados como cardíacos.

Muchos mitos se tejen alrededor de estas patologías. Comentaremos algunas relacionadas al corazón.

_Ay Doc Kiske, vengo muy alarmada, tengo 60 años, a veces me falta un poco el aire y tengo miedo, no vaya a ser el corazón es que mi papá murió a los 55 años del corazón y dicen que eso es hereditario. _ Era doña Ansilia Diamother, con la cara desencajada revelando su miedo y ansiedad. _Quiero que me haga un electrocardiograma y estudios y me diga si es el corazón, tengo mucho miedo. _Continuó.

_¿Esa falta de aire se acompaña de dolor, o tiene relación con esfuerzo físico al subir escaleras, por ejemplo para llegar aquí al consultorio hay doce escalones, le dio dolor en el pecho o le faltó el aire al subir esos escalones. _Pregunté, sabiendo que la angina de pecho(dolor coronario), preludio del infarto la gran mayoría de las veces tiene relación con esfuerzo y calma con el reposo.

_No, para nada. Solo me falta la respiración por segundos, como suspiro, como si se me atorara un globito en la garganta y es cuando estoy sentada, sin hacer nada. Cuando estoy haciendo el quehacer no siento nada incluso mi casa es de dos pisos y todos los días subo las escaleras y nunca he sentido nada doctor. Pero me da mucho miedo morir como mi papá.

_Siendo así, no se preocupe, lo más probable es que su corazón este bien y esa falta de aire sea por otra causa. Le haremos su estudio del corazón. _Le dije a doña Ansilia para disminuir su ansiedad y así cambiarle su apellido. Por supuesto continué con el interrogatorio y la exploración física, esenciales para establecer un diagnóstico diferencial orientar con mayor seguridad. Llegué a la conclusión diagnóstica de trastornos de ansiedad con neurosis cardiaca lo que explicaba la falta pasajera de aire, nada grave, denominada globo histérico, por los viejos médicos clínicos como “yoviznando”. Expliqué y traté de disipar las dudas de doña Ansilia hasta que se convenció de lo saludable de su corazón, pues no encontré ningún dato de enfermedad física cardíaca o de otro órgano. Finalmente le dije:

_Tengo un tío de 83 años de edad, con diabetes desde hace 33 años, su esposa tiene 75 años de edad, también diabética, tienen tres hijos y uno de ellos, hace dos años murió a los 42 años de edad, a causa de un infarto masivo fulminante y no era diabético. Si el infarto del corazón y la diabetes fuesen PURAMENTE hereditarios, mi tío y su esposa ya hubieran muerto de infarto o su hijo estaría vivo y con diabetes pero sin infarto. _Dije a la paciente para hacerla reflexionar.

_¡Aaaaaaaah! Ya entiendo. _Este muchacho no heredó la diabetes de sus padres y ¿de quien heredó el infarto si sus padres viven?. Esto quiere decir que no hay que tenerle tanto miedo a la herencia, no forzosamente el infarto es heredado por los padres, pueden ser coincidencias.

_Cierto doña Ansilia. Muchas enfermedades atribuidas a la herencia en realidad son coincidencias pues es definitivo que siempre tenemos el riesgo de enfermarnos de alguno de los órganos de nuestro cuerpo que, obviamente heredamos de nuestros padres ¿O de quien más?. _Continué reflexionando.

_ Ya me está quedando más claro. Ya veo, en realidad todas las enfermedades de nuestros órganos serían hereditarias y si alguno de nuestros órganos no se enferma, pues también es hereditario. Mientras estamos sanos no es posible saber si vamos a padecer de tal o cual órgano o de tal o cual enfermedad, por tanto no tiene caso preocuparse tan exageradamente como me está sucediendo a mi que ya me dijo usted que estoy sana por el momento. Y si temo padecer del corazón porque mi papa murió a los 55 del corazón y yo ya tengo 60 pues ya la hice, y vivir preocupada de mi corazón, nadie me puede decir si mañana amanezco muerta por algún problema del cerebro o del hígado. Ya me queda cada vez mas claro pero por algo me bautizaron con ese nombre de Ansilia Diamother.

         Esta actitud entre médico y paciente es un forma de enfocar la salud y la enfermedad.