Tubo digestivo 4.

Otro de los síntomas frecuentes del tubo digestivo es dispepsia o indigestión, cuya causa principal se debe a los llamados y mal comprendidos síntomas de trastornos funcionales del tubo digestivo de origen más sociológico que biológico pero que en el momento actual, los gastroenterólogos han encontrado un nuevo vellocino de oro en la popular bacteria Helycobarter pylori, a la cual le atribuyen, injustificadamente “muchos delitos” que ella no comete. Creo que la tomaron como chivo expiatorio

Y digo mal comprendidos porque la mayoría de los gastroenterólogos muy académicos, y muy sabios, lo reconozco, estudian y tratan a estos enfermos con un enfoque más biológico y casi nada sociológico, lo que conduce a infinidad de estudios endoscópicos innecesarios costosos y peligrosos, tratando “a fuerzas” de encontrar una causa objetiva y medible como la citada bacteria.

Así, los enfermos erogan un nada despreciable flujo de divisas de los pacientes hacia los proveedores de la salud, tanto por los estudios diagnósticos mencionados, como por el tratamiento múltiple y simultáneo con dos o tres antibióticos y un bloqueador de la bomba de ácido gástrico, tratamiento muy caro que incluso, en varias ocasiones produce más molestias digestivas que antes del tratamiento y que los pacientes cumplen a cabalidad durante una o dos semanas recomendables por los expertos pero que algunos médicos prescriben por más tiempo del recomendado, sin resultados favorables insistiendo en esa estrategia porque la bacteria se resiste y sigue siendo la responsable de los trastornos digestivos, dicen algunos médicos, a pesar de que los expertos nos dicen que con ese esquema de tratamiento se garantizan la erradicación.

Luego entonces: ¿Porqué se insiste en culpar a la bacteria esa, después de cumplir con esas recomendaciones sin resultados favorables? Yo digo a mis escasos pacientes: pues porque no es la bacteria la responsable de la persistencia de los síntomas digestivos que son en general inespecíficos, es decir, no son exclusivos de tal o cual padecimiento o infección, esos síntomas son comunes a diferentes trastornos, por eso se les denomina TRASTORNOS FUNCIONALES DIGESTIVOS sin ubicarlos exactamente en boca, esófago, estómago, intestino delgado, intestino grueso o ano, páncreas, hígado o vesícula.

Enfatizo lo anterior porque en la consulta cotidiana con bastante frecuencia veo casos así descritos, cuya sintomatología en realidad corresponde a los trastornos funcionales digestivos relacionados más con el estrés que con la pequeñísima, pero altamente productiva e inofensiva bacteria  estomacal, tan conocida y antigua como hace 5 mil años, mucho antes  del maestro Hipócrates, pero redescubierta en los tiempos actuales, 1979, y a la cual hacen responsable del tan escaso cáncer del estómago.

Si los que saben de esto dicen que la mitad de la población mundial tienen la mencionada bacteria en su estómago, ¿Porqué el cáncer de estómago no ataca a esa mitad de la población mundial? Pues porque esa bacteria como muchas, forma parte de la flora normal de nuestro cuerpo y este la tiene “a raya” y si no la erradica por completo, al menos la hace inofensiva con sus defensas naturales sin que nos provoque un grave daño, como se nos hace creer en el momento actual.

Con esta visión, se cometen muchos abusos y daños médicos de índole psicológica, física y económica. Lo digo porque lo veo con más frecuencia de la que se reconoce. Muchos pacientes sufren un verdadero “via crucis” con los médicos persiguiendo a esa bacteria en sus entrañas con los modernos equipos de diagnóstico y tratamiento actuales, incluso, con seguridad esa persecución es posible que cause más daños que los escasos tumores malignos del estómago. De hecho, en el último año no recuerdo haber visto algún enfermo de cáncer gástrico, pero si me enteré de dos casos de muerte por sendas endoscopias gástricas que perforaron el estómago.

Lo digo para que lo sepan no para que me lo crean.

Por supuesto, que si el gastroenterólogo endoscopista el Dr. Temeto Tubito, me dice que el ha visto varios tumores de estómago, incluso en alguno de mis pacientes, le creo. Son estadísticas selectivas de un mínimo sector de la población, los que acuden a gastroenterología. Pero yo le preguntaría cuántas endoscopias ha hecho en las que no hay cáncer ni lesión alguna, es decir estudios innecesarios, y cuantos daños ha causado y cuantas muertes ha observado, provocadas por ese procedimiento. Seguramente nos dirá que es un estudio muy seguro, que en miles de estudios que ha hecho no ha tenido nunca ningún problema y que todas han sido un éxito. Eso lo he oído decenas de veces por parte de los pacientes y a dos o tres de los padres que han perdido hijos jóvenes a consecuencia de ese procedimiento, realizado innecesariamente.

Son lo gajes del oficio, nos justifican y nos disculpan algunos enfermos. Gracias. Son los “guajes” de la profesión, dicen otros enfermos, no muy satisfechos.