Presión alta y riñones.

Si bien la mayoría de los casos clínicos con elevación de la presión arterial (hipertensión), se deben a alteraciones del sistema nervioso, existen otros pacientes cuya presión elevada es secundaria a otras enfermedades de otros órganos. Esto significa que la presión alta, puede formar parte de otras patologías.

Es responsabilidad del médico investigar la, o las posibles causas de hipertensión arterial y no tan solo indicar indiscriminadamente medicamentos para normalizarla. De no proceder a determinar las causas de las enfermedades, se expone al paciente a que empeore su enfermedad principal.

Una mujer adulta joven, frisando los 40 años de edad, se presentó a consulta con hipertensión arterial severa de 170/120,normal, siendo las cifras normales variables entre 90/50 a 150/110. Se quejaba de dolor de cabeza, mareos, zumbido de oídos, palpitaciones y dolor de pecho. La presión arterial se midió durante tres ocasiones en la misma consulta, siempre fue de 170/120. Un electrocardiograma resultó normal, sin crecimiento de corazón, ni arritmias o bloqueos ni datos de lesión en arterias coronarias. Nunca antes había consultado, luego entonces no se había tomado la presión arterial. Era la primera vez que acudía al médico en los últimos 5 años. Aparentemente no tenía preocupaciones que alteraran su sistema nervioso y con ello la presión arterial. Además de la presión alta se notó palidez importante de la piel y conjuntivas oculares lo que sugería anemia también severa

Se indicó tratamiento para el control de la presión y mejorar sus molestias y se solicitaron estudios generales de sangre y orina,para investigar otras posibles causas de hipertensión, diferentes al estrés nervioso.

Entre las causas más frecuentes de elevación de la presión por primera vez, como ya se mencionó, en el 90% de los casos se debe al estrés. En este caso, no parecía ser esa la causa porque además se acompañaba de anemia.

 La segunda causa más frecuente de hipertensión es la enfermedad renal llamada glomérulo nefritis crónica, que se caracteriza lesión del sistema de filtros de los riñones y con ello, elevación lenta y silenciosa, de la urea y creatinina, de la presión arterial y anemia que también evoluciona pausadamente, las cuales se descubren hasta que son muy graves.

Otras causas menos usuales de elevación de la presión, son enfermedades de la tiroides, de las glándulas suprarrenales y medicamentos como los anticonceptivos orales.

Los resultados de sangre de esta mujer, confirmaron que su presión alta no era por nervios, sino como consecuencia de una lesión severa de los riñones ya que resultó con urea y creatinina elevadas, además, anemia severa (hemoglobina baja) también como consecuencia de la lesión renal.

Este tipo de lesión de los riñones como causa de hipertensión arterial generalmente es irreversible, de larga evolución (crónica), de difícil control y puede terminar en diálisis peritoneal como tratamiento final, desesperado y paliativo, nunca curativo.

Algunos casos se controlan con tratamiento, basándose en fármacos para disminuir la urea y creatinina y para mejorar la hemoglobina en la sangre y con ello mejorar la calidad de vida al menor riesgo y costo posibles, base de la buena calidad en la atención médica.

En la siguiente consulta, su sintomatología había desaparecido, su presión arterial estaba en limites normales ya mencionados con 150/100, la anemia había mejorado y su urea y creatinina habían disminuido ligeramente, estaba respondiendo satisfactoriamente al tratamiento médico y la posibilidad de diálisis peritoneal se alejaba.

En estos casos el control de la presión arterial puede ser un factor de mejoría del funcionamiento renal, por eso es esencial una vigilancia y control estrictos de la presión arterial.

Además, para la anemia de este tipo de pacientes existe un tratamiento con inyecciones subcutáneas de eritropoyetina humana, desafortunadamente es de alto costo, unos 4 mil pesos por 6 ampolletas para un mes, no todos los enfermos tienen posibilidades económicas para obtenerla.

Cuando le encuentren alta la presión arterial, siempre pregunte a su médico cual es la causa y si no encuentra respuesta satisfactoria, busque otra opinión.