Interpretando estudios de laboratorio
Cada uno de los prestadores de servicios de salud, sean médicos generales o especialistas, químicos fármaco biólogos, enfermeras, etc., tienen limitada su responsabilidad profesional para con los pacientes.
Algunos enfermos se presentan a consulta sumamente alarmados por la interpretación de las cifras de presión arterial, de los datos de laboratorio o de radiografías que han realizado la enfermera, el químico o el radiólogo, respectivamente.
Es una ley no escrita que el responsable del esclarecimiento de los citados estudios corresponde primordialmente al médico clínico que solicita el apoyo de sus colegas con el fin de confirmar sus impresiones diagnósticas con base en los datos clínicos, los cuales deben coincidir con los resultados de laboratorio y gabinete.
Una paciente sumamente angustiada se presentó a consulta exponiendo lo siguiente:
_Doctor, quiero que me saque de una duda. Estoy muy preocupada por que me dijeron que tengo una anemia muy grave y debía ser valorada por un Internista o un hematólogo. Tengo mucho miedo a padecer de cáncer en la sangre. Un familiar mío murió de leucemia y le dijeron que tenía mucha anemia. Por favor quiero que revise mis estudios. Mire tengo diez de hemoglobina.
Se procedió a revisar los estudios antes de interrogar a la paciente con el fin de calmar su angustia y se observó que tenía diez gramos de hemoglobina, cifra que desde el punto de vista práctico no revela anemia severa sino ligera o anemia de primer grado.
_No se preocupe por esta cifra, no es muy grave su anemia. _Le dije a la paciente para tranquilizarla. _La voy a revisar a usted con el fin de confirmar si coincide este resultado con su estado clínico.
La revisión de la enferma mostró coloración de piel y conjuntivas oculares ligeramente pálidas que coincidían con el grado mínimo de anemia que la paciente tenía. Desde el punto de vista cualitativo y cuantitativo la anemia se cataloga como leve entre 10 y 12 gramos, moderada de 8 a 10 o severa con menos de 8 gramos de hemoglobina. Expliqué esto a la paciente, por cierto muy receptiva y le pregunté:
_¿Quién le informó que su anemia era muy grave?.
_El empleado del laboratorio donde me hicieron los estudios de sangre. No sé si era el químico responsable o alguno de sus ayudantes. Yo le pregunté que como había salido de los estudios.
_Dígame por favor ¿Quién solicitó los estudios?.
_”No pus yo”. Es que me he sentido mal y pensé que sería por anemia. Ya me puse unas vitaminas y me siento igual. Por eso fui al laboratorio.
Se procedió a interrogar a la paciente con el fin de encontrar la causa de la ligera anemia. Era consecuencia de su primer parto por cesárea. Sangró mucho durante la operación, estaba amamantando a su hijo el cual tenía cuatro meses de edad. No había recibido complementos de hierro, solo vitaminas, las cuales fueron insuficientes para corregir su anemia que era por deficiencia de hierro como consecuencia de la hemorragia del parto.
_No hay razón para que se preocupe por su anemia, es leve, no corre ningún peligro. Es a consecuencia de la hemorragia del parto y a que no ha recibido complemento de hierro suficiente. No hay motivo para pensar que padezca de leucemia o cáncer en la sangre. Esta enfermedad es rara, es más frecuente en los niños. La leucemia provoca elevación de los glóbulos blancos de la sangre y usted los tiene normales, tiene cinco mil, normales son hasta diez mil. Para sospechar leucemia deben elevarse por encima de treinta mil, así que no debe alarmarse. La leucemia también causa crecimiento de ganglios, del hígado y el bazo y usted los tiene normales. Olvide a esa enfermedad con nombre del signo del zodíaco (cáncer.) La anemia ligera que usted padece, por si sola, no significa que padezca leucemia o cáncer.
Fisiológicamente a nivel del mar se requiere menos cantidad de hemoglobina ya que la cantidad de oxigeno atmosférico esta al cien por cien a diferencia de las ciudades altas como el DF, en la cual se requiere mayor cantidad de hemoglobina por la disminución del oxígeno de la atmósfera. La hemoglobina es la acarreadora del oxígeno de la sangre. En el DF, diez gramos de hemoglobina se catalogan como anemia moderada, con posibilidad de causar mayores molestias. Los parámetros normales de las cifras de hemoglobina fueron elaborados en el DF, a gran altura, por eso es que en el laboratorio se especifica que la cifra mínima normal es de doce.
El desconocimiento de estos hechos en el momento de interpretar las cifras de hemoglobina, puede producir alarma, casi terror, marca “Ben Laden”, como sucedió en este caso clínico.
Por lo anterior, parece ser que la interpretación que realizan los empleados de laboratorio es poco confiable ya que ellos no toman en cuenta al enfermo como persona enferma, solo se basan en las frías cifras de laboratorio. Los pacientes deben buscar un médico que interprete correctamente sus estudios de laboratorio y gabinete a la luz de los datos clínicos y del entorno social en que se desarrolla su enfermedad.
Los pacientes deben basarse en la interpretación integral que pueda proporcionar un médico experto, no necesariamente especialista, puede ser un buen médico general. Ser especialista, tampoco garantiza ser bueno o competente, esto no depende del título en sí, sino de la habilidad y experiencia para establecer diagnósticos, tratamientos y pronósticos precisos sin alarmar a nuestros semejantes, sin causar angustia y desesperación como ocurrió en este caso. Por el contrario, el profesionalismo consiste primordialmente en no alarmar, sino proporcionar confort, confianza y esperanza de buena calidad de vida al menor costo posible.
Esta es una de las arduas y escabrosas misiones de la función social del médico en general y de todos los llamados paramédicos en los cuales debe apoyarse para proporcional bienestar a sus semejantes.