Errores en Medicina Interna

Paradójicamente, muchos pacientes y sus familiares, valoran la calidad de la atención médica por los modernos aparatos para estudiar su cuerpo en busca de la causa de sus males.

”Ese médico si es un chingón, tiene muy buenos aparatos en su consultorio” Se oye expresar a más de un paciente.

Sin menospreciar las grandes ventajas de los grandes adelantos tecnológicos, vale la pena dejar en claro lo siguiente: la calidad de la atención médica en general, no depende exclusivamente de contar con grandes monstruos hospitalarios ni con toda la tecnología más avanzada del mundo, si no hay médicos humanos, con capacidad para utilizar esas instalaciones y esa tecnología con sapiencia, cortesía, bondad, justicia, es decir, con humanismo.

Los enfermos y sus parientes, deben tomar en cuenta en principio la calidad humana del médico, reflejada durante el interrogatorio y exploración física, es decir, durante la etapa clave del estudio del enfermo, la elaboración de la historia clínica, en la cual se revela la capacidad de comunicación médico paciente, fundamental en el ejercicio en general de la medicina, independientemente de las bondades nada despreciables de la moderna tecnología médica.

Existe un país al cual la Organización Mundial de la Salud lo ha reconocido como el de mejor sistema sanitario. Existe un hospital llamado Dr. Carlos Finlay, médico cubano, célebre por sus investigaciones sobre el cólera y el papel del mosquito Stegomya fasciata en la transmisión de la fiebre amarilla.

En ese hospital se hizo un estudio, bajo observación directa, para evaluar los errores cometidos por residentes de medicina interna en la entrevista médica.

Entre las especialidades médicas, la medicina interna se considera la más representativa de la medicina como arte, para aplicar el método clínico.

El interrogatorio es la primera fase del estudio de un enfermo y la más importante pues garantiza la posibilidad de establecer una relación de confianza entre médico y paciente. Además permite plantear un diagnóstico correcto en un 56 a 75% de los casos atendidos. La gente piensa en los estudios de laboratorio y gabinete como la premisa fundamental, craso error, fuente de yatrogenia y gastos descomunales.

El médico debe solicitar estudios de laboratorio para confirmar sus impresiones diagnósticas. Los resultados deben coincidir con los datos clínicos del enfermo. De no ser así, alguien está equivocado: el médico o el laboratorio. Corresponde al primero, dilucidar la verdad. Por desgracia, algunos médicos solicitan estudios de laboratorio y gabinete y establecen diagnósticos en base a esos resultados sin tomar en cuenta los datos del paciente. Esta actitud es una fuente de yatrogenia, de diagnósticos erróneos, inexistentes y por tanto, de tratamientos y cirugías completamente innecesarias.

En ese estudio cubano se detectaron 632 errores en las 60 entrevistas con un promedio de 10.5 por cada una. Se omitieron datos de interrogatorio en el 86% de las entrevistas, principalmente en datos del género de vida y psicosociales, trascendentes para establecer un buen diagnóstico y tratamiento. Otros errores fueron la falta de minuciosidad en el interrogatorio, dar por garantizada las palabras del paciente y la toma incompleta de datos, no dar tiempo al paciente para responder (saber escuchar), uso de preguntas cerradas (confusas), no aprovechar las emociones del paciente para mejorar la empatía (ponerse en el lugar del enfermo), uso de preguntas negativas.

El objetivo de una consulta médica es llegar a un diagnóstico y establecer una buena relación con los enfermos. A un médico internista, integro y profesional debe exigírsele una visión total del problema, incluyendo los factores psicosociales inmiscuidos en el padecimiento, en otras palabras, el médico debe establecer un diagnóstico social. Perder este objetivo, puede causar yatrogenia, daño a los enfermos.

Los pacientes deben estar atentos a los conocimientos básicos sobre medicina del médico depositario de su confianza. Pregunte todas las dudas relacionadas a su enfermedad, a sus dolencias, es una forma de evaluar los conocimientos del médico. ¿Qué enfermedad padece? ¿A que se debe? ¿Cuál es el pronóstico para la vida y la función? ¿Cuál es el tratamiento posible: fármacos, cirugía, cambiar hábitos y costumbres? Siga preguntando al médico. Si este se molesta o rehuye las respuestas, no es confiable.

Valorar la esfera afectiva del médico es primordial. La cortesía, la forma de saludar, el tono de la voz, la actitud del médico hacia sus inquietudes, son factores para influir en la evolución favorable o negativa de sus males. Es decir, la actitud del médico provocara salud yatrogénica, lo ideal, o enfermedad yatrogénica, lo indeseable.