Milagros alternativos.

La verdadera sabiduría está en reconocer la p-ignorancia (propia ignorancia). Así enseñaba Sócrates.

La ignorancia de nosotros los médicos que ejercemos la medicina oficial, facilita que los enfermos insatisfechos busquen alternativas para curar o aliviar su males y despectivamente se puede caer en la equívoca actitud de tildar de ignorantes a quienes optan por la medicina alternativa.

Bien dice el filósofo de “allá mesmo”, el de Güemez: errar es de humanos, los médicos somos humanos, y si fallamos es más humano echarle la culpa a los enfermos. Y esto es un fenómeno muy común, la mayoría de los diabéticos descontrolados, por ejemplo, son acusados de irresponsables y de no cumplir con las indicaciones médicas, a pesar de ser tan estrictos con la dieta, que algunos de ellos tienen severos grados de desnutrición por cumplir la dieta y restricción de calorías en grado extremo y peligroso.

Un diabético escribió una carta a su dieta: querida dieta, las cosas no van bien entre tu y yo, y sinceramente no creo que lo nuestro vaya a funcionar. No soy yo, eres tú el problema. Eres desabrida, insípida, aburrida y no puedo evitar serte infiel y no puedo seguir contigo, te demando el divorcio.

Esta carta aplica a los cardiacos, a los hipertensos, a los cancerosos y hasta a los inapetentes, a quienes sin apetito para comer, los emplazan a dieta. Imposible cumplir con las restricciones a un diabético: el nutriólogo limita las calorías totales, en endocrinólogo le prohíbe los carbohidratos, el cardiólogo las grasas y el nefrólogo le impide comer carnes rojas. ¿Que cojones come un diabético?

Entre las modalidades de la medicina alternativa tenemos a la llamada Ciencia cristiana, según la cual se han conseguido cientos de curaciones disolviendo la actitud mental que es la causa final de todas las enfermedades, como el cáncer, la difteria, al diabetes, la anemia perniciosa, la meningitis, las úlceras, la inflamación o el dolor. Para los miembros de la ciencia cristiana la enfermedad es un sueño del que el paciente debe despertar y los médicos no deben creer que las enfermedades existen.

En EE.UU. la ciencia cristiana es un sistema de atención sanitaria reconocido. Hacienda permite deducir como gastos médicos las tasas pagadas a los curanderos de esta secta. La razón de este fenómeno, probablemente se debe en parte al poder mágico de la palabra cristiana, y a la magia de la palabra ciencia, pero se debe más a lo mágico de los billetes verdes, los dólares.

No obstante lo anterior, la señora Eddy, fundadora de la ciencia cristiana, no aplicó al pie de la letra su propia doctrina y cuando su esposo enfermó, consultó a un médico, pero ni siquiera los esfuerzos combinados de su secta y de la medicina oficial consiguieron impedir que falleciese a causa de su enfermedad “ilusoria” y ella también se vio en la necesidad de utilizar medicamentos para sus males.

Mark Twain, el filósofo del sentido común, que no es muy común, se preguntaba porqué los miembros de la ciencia cristiana, afirmaban por un lado que todas las enfermedades eran imaginarias y por otro lado rehusaban aceptar cheques imaginarios.

La mayoría de los ejemplos de medicina alternativa son verdaderamente risibles y son muy pocos los que tienen una verdadera relevancia real, por ejemplo en Gran Bretaña, la homeopatía tiene una característica distinta, no tanto por su esencia, sino porque se encuentra patrocinada por la familia real y la ejercen gran número de licenciados en medicina.

Dime quien te patrocina y yo te diré cuánto ganas. Rezaría un refrán. No obstante, cuando se padece de una incapacidad congénita para desarrollar un pensamiento crítico, por muy buen patrocinador que se tenga, y por muchos diplomas de doctorados y maestrías, no se podrá llegar muy lejos. Y ahí tenemos a la “perdición”, digo, selección mexicana de futbol, tiene muy buenos patrocinadores, pero congénitamente no hay criterio para llegar a más. Y bien dice el dicho: nadie está obligado a más cuando hace lo que puede.

Algunas personas evalúan las terapias alternativas no por sus resultados, sino porque a ella recurren personajes famosos de la farándula o por su poder político o económico, generalmente aquejados de trastornos psicosomáticos pues los poderosos también sufren.

_¿Como ve Doc Kiske, si voy a un centro de cirugía invisible para que me trasplanten células madre de páncreas para curar mi diabetes? ¡Es que ahí está yendo “fulanito de tal”!

Así argumentan algunos enfermos, ignorando que el poder y el dinero no eliminan la p-ignorancia (pinche ignorancia).

La mayoría de los trastornos que resuelven las terapias alternativas son trastornos psicosomáticos en general y esos se pueden resolver espontáneamente en días horas o semanas y la efectividad de la medicina oficial o de la alternativa, la mayoría de las veces son coincidencias con el proceso natural sanador de cada cuerpo humano, el efecto placebo natural.

Ahora bien, las propaladas curaciones milagrosas de cáncer por ejemplo, las más espectaculares por su naturaleza, o bien se tratan de errores garrafales en el diagnóstico por parte de la medicina oficial, o porque esos cancerosos han sido sometidos a los modernos tratamientos, añadiendo lo alternativo, o porque aunque el diagnóstico sea exacto de cáncer, el tumor está encapsulado y tiene poco poder de diseminación y permanece sin manifestarse por la naturaleza propia del tumor. Y si hay evidencia de alguna mejoría real, será en los efectos psicológicos que provoca la palabra cáncer, muchas veces más agresiva que el cáncer por si mismo

Ejemplo de esto es el cáncer de próstata, un cáncer indolente, flojo o “huevón”, que puede permanecer encapsulado por muchos años sin tratamiento y sin avanzar o evoluciona muy lentamente, pero si se someten a castración quirúrgica o farmacológica, se atribuye el éxito a estos procedimientos. Ahora imaginemos el gran éxito, si en vez de esa castración se recurre a alguna modalidad de las terapias alternativas, coincidentemente “se curan”. En realidad el cuerpo, allá en sus entrañas, se defendió con sus recursos naturales.

Así es de maravillosa nuestra fisiología humana, siempre tiende a curarnos, con médico, sin médico y a pesar del médico.

Así se forjan los mitos y los milagros.

Correo: [email protected]

Lea yatrogenia: www.kiskesabe.com