Dolor de esófago.

Una paciente de 40 años de edad acudió a consulta quejándose de dolor en la cara anterior del tórax a la altura del esternón. Sentía como si algo le quemara por detrás de ese hueso (pirosis retroesternal). Por las noches se quejaba de acidez estomacal o regurgitaciones agrias (reflujo gastroesofágico) cuando estaba acostada, principalmente después de cenar abundantes alimentos grasosos o muy condimentados con chile rojo como el chipotle. Mejora de sus molestias al sentarse. Tenía tres meses de evolución con este dolor. No le había tomado importancia hasta que sintió que se ahogaba y que le faltaba el aire. Se espantó y buscó apoyo profesional. Temía que fuese infarto del corazón.

Ella era trotadora de unos dos o tres kilómetros tres veces por semana. Durante este ejercicio nunca ha sentido dolor ni falta de aire o sensación de ahogamiento, sin embargo, por temor, dejó de trotar. No padecía de tos ni era fumadora.

La exploración física de esta paciente fue normal así como la presión arterial, latidos cardíacos, ventilación pulmonar. Estudios generales de sangre negativos. Un electrocardiograma fue completamente normal. No era diabética.

Con estos antecedentes, se informó a la paciente que no había datos clínicos como para pensar en una lesión cardíaca, que se caracteriza por dolor retroesternal (detrás del esternón), que puede ser tipo opresivo o como punzada. Generalmente tiene relación con el esfuerzo físico, calma con el reposo y mejora con tabletas sublinguales de nitroglicerina un calmante del dolor cardiaco. El dolor del corazón, en algunos casos, puede irradiarse al cuello, mandíbula, espalda y brazo izquierdo. Puede durar cinco a diez minutos. La duración de un minuto o menos prácticamente descarta una lesión de corazón (angina de pecho) y una duración superior a 30 minutos obliga a investigar un infarto agudo del miocardio. Los dolores prolongados que duran varias horas o todo el día tampoco sugieren isquemia o lesión cardíaca. La paciente no reunía estos requisitos.

La sintomatología de la enferma se encuadró en dolor toráxico de origen esofágico, por inflamación de este órgano como consecuencia del reflujo del contenido del estómago que es ácido e irrita la mucosa del esófago (esofagitis) caracterizado por pirosis o regurgitaciones ácidas que aumentan con el decúbito y calman al levantarse. La paciente tenía estos datos típicos.

Otras veces las manifestaciones del reflujo gastroesofágico son distintas y variadas: eructos, dolor en la boca del estómago (epigastrio) que se confunde con úlcera, náuseas, pesadez postprandial (después de ingerir alimentos), hipo, disfagia (dificultad para deglutir), odinofagia (dolor al deglutir), anemia, molestias faringeas, tos nocturna, broncoespasmo (asma), y hasta neumonías recurrentes o dolor torácico sugestivo de ser cardíaco.

Con toda la orientación previa, disminuyó notablemente el temor a padecer del corazón y de buena gana aceptó las recomendaciones para disminuir el reflujo esofágico: aumentar la cabecera de la cama al acostarse ya sea con almohadas o con cambios en la estructura de la cama, acostarse en las noches tres o cuatro horas después de la última ingestión de alimentos, disminuir los alimentos muy irritantes o ricos en grasa principalmente en la cena, fraccionar la cantidad de alimentos en las 24 horas, prefiriendo cinco o seis comidas escasas en lugar de dos o tres abundantes. Con estas medidas, más un antiácido y un medicamento ingerido antes de los tres alimentos principales para aumentar la movilidad de estómago y acelerar su vaciamiento, en la siguiente consulta había mejorado un 90% de su sintomatología. Ya no tenía miedo a padecer del corazón.

Volvió a trotar sin temor y con ello mejoró su calidad de vida.

Posteriormente se solicitaron unas radiografías de esófago (esófago grama) y se confirmó una pequeña hernia hiatal o hernia del estómago hacia el tórax, alteración congénita, causa número uno de regurgitación ácida. Por lo pequeño de la hernia no amerita cirugía, solo el tratamiento higiénico médico indicado con el cual se habían obtenido buenos resultados.